ESTE ASUNTO ESTÁ AHORA Y PARA SIEMPRE EN TUS MANOS, NENE!


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Si bien es cierto que un Blog no va a cambiar un régimen dictatorial, a la larga resulta invaluable como parte de un cambio social revolucionario, insensible de un día a otro, pero sensiblemente evidente de una década a la otra. Hoy es el Futuro y lo hacemos entre todos! Hagamos la Revolución que es como decir el amor.
...MAS UMA BOSSA DO GRAL JUAN DOMINGO SERÁ MUITO MELHOR!!!

Marcha peronista - Bossanova y en portugues, Beleeza!

viernes, 30 de septiembre de 2011

Cristina y el paradigma de mujer



Estuve leyendo el libro La Presidenta, escrito por Sandra Russo. Más allá de la “historia de una vida” que la autora promete en tapa y aborda en el texto, me interesó la tematización del paradigma de mujer. Dice Sandra: “Lo que molesta de Cristina no es que sea una mujer, sino que sea la mujer que es. Excesiva.”

Si bien un hombre excesivo suele ser caratulado como un “príncipe azul”, una mujer excesiva como Cristina es una “yegua soberbia”. ¿Por qué? Porque -y que nadie se ofenda- cualquier mujer es excesiva cuando el ícono cristiano occidental es una virgen que -contra natura- es madre (y no de cualquiera, sino del mesías).


Cristina se delinea los ojos con el mismo empeño que pone en la línea argumentativa de sus discursos, se para sobre sus tacos altos con la misma seguridad que ante el FMI, sonríe al pueblo con la misma boquita pintada que usa para responderle a los medios opositores.

A ver… Cristina es una mujer que es coqueta e inteligente desde siempre, que es militante política desde la juventud y que es presidenta desde 2007. Ser alguna de estas cuatro cuestiones puede ser digerible; pero ser todas, y a la vez, resulta un exceso en los términos del mencionado paradigma.

Pensándolo un poco más, quizá lo que más moleste de Cristina no es que ella “es la mujer que es”, sino que al “ser como es” desmaleza el camino para que cada vez más mujeres no dudemos ante la idea de ser lo que queramos ser, sin paradigmas ni limitaciones.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Una sobreviviente recuerda la Noche de los Lápices

Se cumplen 35 años de la tortura y desaparición de estudiantes argentinos a manos de militares. Una de las pocas sobrevivientes cuenta su historia.



En Argentina este viernes se cumplen 35 años de uno de los episodios más cruentos del último gobierno militar (1976-1983).
Se trata de la llamada Noche de los Lápices. Ocurrió el 16 de septiembre de 1976 cuando efectivos de seguridad del Estado empezaron un operativo (de varios días) para efectuar detenciones masivas de estudiantes de secundaria en la ciudad de La Plata. Se trataba principalmente de jóvenes con edades de 15, 16 y 17 años, muchos de los cuales reclamaban un boleto estudiantil, es decir, una reducción en el precio de los billetes de transporte para los alumnos.
Prácticamente todos fueron torturados y apenas sobrevivieron cuatro.
El episodio es un ejemplo de cómo la represión estatal en la época el gobierno militar también afectó a un importante número de menores de edad.
De acuerdo al informe Nunca Más que elaboró la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), en 1984, unos 250 adolescentes forman parte de los 30.000 desaparecidos que hubo en la época. Algunos incluso con apenas 13 años de edad.
Emilce Moler, hoy madre de tres hijos, matemática y docente fue una de las pocas que sobrevivió a la Noche de los Lápices, y para este aniversario accedió a recordar lo sucedido para BBC Mundo.

SAÑA

“En la madrugada del 17 de septiembre entró a mi casa una patota armada de encapuchados. Preguntaban por una estudiante de Bellas Artes. Cuando aparezco yo, que era muy pequeña en estatura, de 17 años y en pijamas, quedaron sorprendidos”, recuerda Moler.
“También estaba mi hermana, que era más grande pero que estudiaba filosofía y decidieron llevarnos a las dos. Pero por un tema de que no había espacio para las dos en el auto dejan a mi hermana y deciden sólo llevarme a mi”, relató.
El motivo de su detención era el pertenecer a la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), un grupo militante de izquierda que tenía relaciones con la agrupación guerrillera Montoneros y que venía desde antes de la instauración del gobierno militar efectuando manifestaciones callejeras en procura de reivindicaciones sociales.
Tras muchos años Moler pudo reconstruir lo sucedido.
A ella, y a la mayoría de los adolescentes detenidos, los trasladan inicialmente al centro clandestino de detención de Arana, en La Plata, provincia de Buenos Aires.
“Ahí estuvimos casi una semana, en las peores condiciones que se puede imaginar que un ser humano le hace a otro”, dice Moler.
“Nos torturaban con todo el sadismo. Recuerdo que había un hombre enorme que me pegaba fuertemente todo el tiempo y realmente tenía frente a él a una chica desnuda, de unos 47 kilos y un metro cincuenta de altura. Yo era su enemigo, independientemente de mi edad. Ni siquiera hacía preguntas consistentes. Éramos vistos como peligrosos por nuestras ideas”.
La historia de Moler y los demás jóvenes fue contada en el cine en la película “La Noche de los Lápices”, de Héctor Olivera, estrenada en 1986 y basada en el libro de María Seoane, ampliamente vista en América Latina.
El largometraje muestra lo sucedido al grupo de estudiantes platenses en la historias de jóvenes como María Claudia Falcone (16 años), María Clara Ciocchini (18 años), Francisco López Muntaner (16 años) y Horacio Úngaro (17 años). Todos desaparecidos.
En el informe de la Conadep hay testimonios de lo que la película evitó mostrar.
“En Arana me aplicaron la picana eléctrica en la boca, encías y genitales. Inclusive con una pinza me arrancaron una uña del pie. (…) Era muy común pasar varios días sin comer. Me tuvieron atado durante un largo tiempo con una soga al cuello”, contó a la Conadep Pablo Díaz, uno de los cuatro sobrevivientes de la Noche de los Lápices, y quien tiene un rol prominente en la película.
En Arana, Moler se reencuentra con sus amigos de la UES -María Claudia Falcone y Horacio Úngaro, además de María Clara y Francisco-, pero a los días todos son trasladados.
“Nos montan (a los detenidos, estudiantes o no, que estaban detenidos) en un camión a todos y en un determinado momento el vehículo se detiene y hacen bajar a un grupo de compañeros, que fueron quienes quedaron desaparecidos”, aseveró Moler.
Pero Emilce Moler afirma que no la atormenta saber por qué ella sí vivió y los demás no. “Yo no hice nada diferente para haber aparecido y ellos nada suficientemente grave como para que los hayan desaparecido”.
Además de ella y Pablo Díaz, también sobrevivieron Gustavo Calotti y Patricia Miranda. Esta última fue detenida pese a que después se comprobó que nunca tuvo ninguna relación con la militancia política, y que pese a ello sufrió las mismas consecuencias.

JUICIOS

Moler estuvo en otro centro de detención y luego la “blanquean” al ingresarla formalmente como detenida en una prisión. Tras dos años presa fue excarcelada bajo un régimen llamado “libertad vigilada” y tuvo que mudarse de La Plata a otro lugar.
“Los primeros años fueron de exilio interno. Yo lloraba pensando que nunca me iban a creer lo que pasé. La reconstrucción no es fácil. Uno de esto no sale solo. Los lazos afectivos son importantes, por suerte tuve un excelente compañero que ya era mi novio en esa época, que me esperó y hoy es mi esposo”, aseveró.
Pablo Díaz destapó lo que él y sus compañeros vivieron cuando testificó ante la Conadep y en el primer juicio a los miembros de la junta militar en los años ochenta. Moler también se ha ofrecido a presentar testimonio en diferentes casos contra quienes ejecutaron la represión.
Uno de ellos, el ex comisario policial Miguel Etchecolatz, condenado a cadena perpetua por torturar a más de 90 personas y haber estado implicado en varios homicidios.
Etchecolatz y otras 25 personas son acusadas ahora en un nuevo juicio por crímenes de lesa humanidad que empezó esta semana y que corresponde a lo sucedido en un centro de detención de la provincia de Buenos Aires durante el gobierno militar.
“La Noche de los Lápices quedó como un ícono muy fuerte en la impronta de los jóvenes; es una fecha para conmemorar a los cientos de chicos que fueron desaparecidos, torturados o que sufrieron cárcel o exilio; violaciones de los derechos por ilusiones propias de su edad”, afirmó Moler

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Rebelde con causa


Manu Chao concluirá su actual gira con un concierto gratis en Arizona


Foto: Muir Vidler
Por Alberto Brown Rodríguez

Músico global. Manu Chao traerá por primera vez a Atlanta en vivo su descarga de punk, ska, reggae y ritmos latinos.

El músico francés de origen español visitará once ciudades estadounidenses en el marco de su tour La Ventura, entre ellas Atlanta.
A sus 50 años de edad, el cantautor Manu Chao continúa viviendo su vida paso a paso y eligiendo concienzudamente los sitios que recorrerá para ofrecer su espectáculo musical y empaparse de los acontecimientos que ocurren en cada ciudad que visita, como lo hará en Atlanta este 11 de septiembre.
El artista franco español, que surgió en la escena musical en 1988 cuando fundó la banda Mano Negra, conversó en exclusiva con MundoHispánico desde Boston –previo a su actuación en esa ciudad el 31 de agosto pasado– sobre su gira, su preocupación por la persecución de inmigrantes en Estados Unidos y Europa, la tragedia del narco en México y la esperanza de los movimientos juveniles a nivel mundial, entre otros temas.
Preguntas y Respuestas
MUNDOHISPÁNICO: ¿Cómo te sientes cuando llegas a una ciudad nueva, como en esta ocasión Atlanta, para cantarle?
MANU CHAO: Pues la verdad encantado de llegar ahí por primera vez, siempre es bueno conocer gente y realidades nuevas. La banda está en súper forma y estamos súper felices de estar juntos otra vez ya que llevábamos un mes sin tocar y se extrañaba la carretera. Estamos emocionados de conocer la realidad de Atlanta y de conocer su escena musical.
MH: ¿Qué espectáculo estás brindando en esta gira?
MC: Me acompaña La Ventura, que es mi banda conformada por Madjid Fahem, un genio de la guitarra; Gambeat, en el bajo, que ha estado conmigo en mil batallas, ambos de Radio Bemba. Y en la batería está ‘El Garbancito’, que tocaba percusiones en Mano Negra. Presentaremos un poco de todo, canciones de Clandestino, de Próxima estación, de Radiolina, temas inéditos, varios de Mano Negra y algún cover que nos apetezca tocar.
MH: Tocarás en Atlanta el 11 de septiembre, ¿qué opinas de esa tragedia una década después?
MC: A esas cosas de violencia y tragedias hay que meterle toda la energía para que nunca vuelvan a acontecer. Este mensaje lo mando directamente a los políticos locos del planeta que son los máximos responsables de todas esas tensiones mundiales.
MH: ¿Qué opinas de la persecución que están sufriendo los indocumentados en EE.UU.?
MC: La tensión es cada vez más grande aquí y lo estamos notando desde fuera. En Europa es muy dura la realidad de los inmigrantes, llevamos muchos años en esa lucha. No hace tanto años se festejó la caída del muro de Berlín como una gran victoria de la democracia. Pero la gente tiene que darse cuenta que Europa ha construido un muro mucho más hermético y asesino en el Estrecho de Gibraltar y en el sur de Italia donde ese muro, que es el mar, mata cada año más gente que 60 años del muro de Berlín. Eso mismo acontece en la frontera entre México y EE.UU. Mucha gente está muriendo en su intento por cruzar el desierto. Existe mucha inhumanidad en eso.
MH: Incluso el gobierno estadounidense decidió construir un muro ahí…
MC: Sí, y lo han construido en varias partes de la frontera. Nosotros apoyamos todos los movimientos sociales en contra de esas leyes inhumanas. Acabaremos nuestra gira con un concierto gratuito con los activistas que están luchando contra esas leyes el 21 o 22 de septiembre en Arizona. Es importante para hablar del tema y divulgarlo.
MH: ¿Cuál es tu mensaje para las familias que están sufriendo la deportación por no tener documentos legales?
MC: Es de solidaridad súper fuerte, les quiero decir que estamos conscientes del drama que están viviendo, que estamos al mil por cien con ellos y aquí pa’ lo que sea. En cada lugar que pasamos siempre hablamos de ese tema. Tenemos en nuestro repertorio canciones que hablan de esa realidad como ‘El viento’, ‘Bienvenido a Tijuana y ‘Clandestino’. Es una inconsciencia terrible y que no es bueno para nadie. Occidente, en esa reacción un poco reacia de mirar hacia el futuro, se cierra con miedo hacia el exterior. El mensaje lo mando a Europa y América del Norte, que son regiones cada vez más viejas, y necesitan a la juventud y hay que dejarla entrar.
MH: ¿Crees que los recientes movimientos juveniles en España sean un signo de esperanza para el mundo en contra de la represión?
MC: Lo acontecido esta primavera en España es súper esperanzador. Muchos activistas llevamos trabajando en esta área por muchos años pero esta vez hubo algo súper positivo que he notado compartiendo en la Plaza Cataluña en Barcelona con los activistas del 15M. Se nota que la población está con ellos, hay unanimidad a nivel del pueblo evidenciando que los jóvenes tienen razón. Cada vez los políticos y políticas actuales están siendo criticados por los trabajadores y espero que eso poco a poco desemboque en cambios que sean efectivos.
MH: Acabas de cumplir 50 años, ¿continúas viviendo al día a día como siempre lo has hecho?
MC: Sigo trabajando de esa manera, mi calendario es siempre a corto y a medio plazo porque me permite tomar mis decisiones según como van las cosas en el mundo. Debemos estar siempre alertas y poder olfatear el aire del tiempo y lo que está aconteciendo en diversas partes del mundo para ser lo más eficaz en el momento. Vamos paso a paso eligiendo a dónde podemos ir para ayudar en las causas que ocurren por aquí y por allá.
MH: La gente espera con ansias un nuevo disco tuyo, ¿cuándo lo lanzarás?
MC: Sinceramente no lo sé. Tengo dos o tres discos casi grabados, solo me falta la parte del mix, por ahora no me he planteado llegar a esa fase aún. Que me perdone la gente pero no puedo darles una respuesta. Tengo un disco casi listo en portugués, otro con la colaboración de la comunidad jamaiquina en Londres y otro de rumba en Barcelona. Por el momento mi cuerpo me pide estar cara a cara con la gente.
MH: ¿Continúa siendo Barcelona tu paraíso preferido sobre la Tierra?
MC: No, paraíso en la Tierra que yo sepa no existe. Por ahora no he llegado a ningún lugar del mundo donde la gente me haya dicho: “Manu, aquí todo va bien”. Desgraciadamente. Y Barcelona no es ningún paraíso, la crisis ha pegado fuerte, la gente del barrio está pasando por una situación difícil de trabajo y economía. Los músicos de calle y la bohemia están muy reprimidos; no es una ciudad para nada fácil. Pero tengo mi barrio ahí y considero que la vida y la solidaridad en el barrio es muy importante para vivir tranquilos.
MH: En México has vivido muchas experiencias, ¿qué opinas acerca de la actual tragedia que vive debido al ‘narco’?
MC: La tragedia mexicana es terrible. Muestra lo que venimos diciendo desde hace muchos años de que las nuevas dictaduras en el siglo XXI no serán las militares sino las mafiosas. No podemos permitir que esas mafias se sigan desarrollando por el mundo entero porque se volverán más potentes que el estado de derecho y llegarían a mandar ellos.
MH: ¿Qué se puede hacer para retomar la libertad y el derecho a vivir en paz?
MC: A nivel global la cosa está difícil. Yo creo que a nivel de barrio se pueden hacer miles de cosas. Creo más en pequeñas revoluciones de barrio que en una revolución global. La solución está ahí en el barrio: organizarse con los vecinos para encontrar maneras de vivir juntos y que sean menos inhumanas que las que nos impone el sistema.

lunes, 5 de septiembre de 2011

A 14 años de su muerte

La Madre Teresa de Calcuta, India, se llamaba Agnes Gonxha Bojaxhiu y había nacido en 1910 en Spkopje, capital de la actual Macedonia. Hija de un próspero contratista de obras albanés, ya de chica supo que su vocación era "ayudar a los pobres" . A los dieciocho años se unió a las Hermanas de Loreto, una orden de monjas irlandesas que dirije escuelas en la India, y adoptó el nombre de Teresa, en honor de la santa francesa Thérèse de Lisieux. Estudió inglés en Dublín y pasó los siguientes diesisiete años enseñando en un colegio de Calcuta, pero en 1946 sintió que Dios le ordenaba "dejar todo para ayudar a los desposeídos". Instalada en los barrios más miserables de Calcuta, se consagró a construir asilos para los moribundos a fin de que tuvieran una muerte digna, refugios para aquellos que "no importaban a nadie".
 Su congregación se llamó Misioneras de la Caridad y sus centros se extendieron a un centenar de países. El corazón de estas monjas también se abrió para enfermos de SIDA, mujeres maltratadas y drogadictos.
Muchos la consideraban "una santa viviente". Otros la criticaban por su acérrima posición antiabortista, por su oposición al control de la natalidad o por aceptar la ayuda económica de personajes como Jean Claude Duvalier, el ex dictador de Haití. Lo cierto es que esta mujer de un metro y medio de estatura fue una madre incondicional para millones de desamparados. Y a ella nunca le preocupó que el amor que les prodigaba encajara con lo "políticamente correcta."


A 14 años de su muerte la recordamos y la tomamos como ejemplo de vida.
Acá algunas de sus célebres frases:
"Cada hombre es importante y merece nuestra atención.
Nosotros siempre tratamos con individuos, nunca con las masas. Pero si esperamos que haya muchos, entonces nos perderíamos en la cantidad y nos haríamos nada por nadie."


"Encontré una mujer moribunda en las calles. La traje a nuestro hogar. Cuando la acosté a una pequeña cama, me sonrió, tomó mi mano y dijo una sola palabra. “ Gracias “. Luego murió. Ella me dio mucho más de lo que yo hacía por ella. Me dio su gratitud."


"Hemos sido creados para grandes destinos. Sólo tenemos que comprenderlos."


"La compasión es como el vuelo del alma hacia el prójimo."


"En el fondo todo creemos. Algunos se resisten porque no están dispuestos a un cambio. El dice que no cree, ya está abrazando la idea de una creencia."
"Tómate tiempo para hacer caridad. Es la llave del cielo."