ESTE ASUNTO ESTÁ AHORA Y PARA SIEMPRE EN TUS MANOS, NENE!


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Si bien es cierto que un Blog no va a cambiar un régimen dictatorial, a la larga resulta invaluable como parte de un cambio social revolucionario, insensible de un día a otro, pero sensiblemente evidente de una década a la otra. Hoy es el Futuro y lo hacemos entre todos! Hagamos la Revolución que es como decir el amor.
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Marcha peronista - Bossanova y en portugues, Beleeza!

miércoles, 25 de abril de 2012

Corín Tellado, 85 años del ícono de la novela rosa en el mundo


México.- María del Socorro Tellado López, mejor conocida por su seudónimo de “Corín Tellado”, hizo que bajo su pluma la novela de amor alcanzara su máxima expresión, convirtiéndose en una de las escritoras más prolíficas en castellano y la más leída, después de la Biblia y Cervantes, según la UNESCO.
Famosa por haber dejado un legado de más de cuatro mil novelas cortas del género rosa, Tellado nació en Asturias el 25 de abril de 1927 y desde pequeña mostró su afición por la lectura y escritura, sumergiéndose en obras de Alejandro Dumas, Honoré de Balzac, Miguel Delibes y Pedro Mata, entre otros.
De acuerdo con sus biógrafos, Corín era una joven tímida que no se interesaba por los juegos de su edad, sin embargo, Ana María Morgado, compañera escolar de Corín, la recuerda como una joven muy extrovertida que gustaba de montar en bicicleta y fumar un cigarrillo, aunque estuviera mal visto.
Para 1945 su padre falleció y los problemas económicos en su casa no se hicieron esperar. En ese tiempo, un librero de Cádiz se enteró que Corín escribía y la puso en contacto con la Editorial Bruguera, quien un año más tarde publicó su primera novela “Atrevida apuesta”, por la cual la joven de tan sólo 19 años recibió tres mil pesetas.
Más tarde, la misma editorial la incluyó en su nómina de escritores y le encargó que escribiera una novela corta a la semana.
De acuerdo con datos de la red, estudió Psicología pero no terminó, y en 1951 se trasladó a Gijón para residir allí. Ese año, la revista “Vanidades” le ofreció un contrato para que escribiera dos novelas cortas al mes. Esto le significó a la publicación aumentar su tiraje de 16 mil a 68 mil ejemplares quincenales.
Contrajo matrimonio en 1959 en Covadonga, con Domingo Egusquizaga y juntos concibieron a Begoña y Domingo. Se separaron en 1962 y los motivos apuntan presuntamente a que Corín se casó despechada y sin amor.
ROSAURA 504, BRUGUERA 1959, CORIN TELLADO
Portada Vicente Roso, Fats Domino en Contraportada
 
Luego de años de trabajo con la Editorial Bruguera, en 1965 pasó a formar parte del equipo de la Editorial Rollán y para el año siguiente apareció su colección quincenal de fotonovelas titulada “Corín Ilustrada”. Pero el término de la relación con su anterior casa editorial le valió un pleito que perdió y se vio obligada a pagar 365 millones de pesetas y trabajar exclusivamente para dicha editorial hasta 1990.
Pero es gracias a “Sociología de una novela rosa”, obra inspirada en 10 títulos de Tellado y publicada por Andrés Amorós, que las novelas de la autora trascienden las fronteras y logran ser traducidas a diferentes idiomas.
Entre 1978 y 1979, bajo el seudónimo de Ada Miller Leswy y Ada Miller, la escritora publicó en la Editorial Bruguera una serie de 26 novelas eróticas de bolsillo. En 1986 dicha editorial desapareció y Corín quedó liberada de su contrato forzoso y comenzó a escribir literatura juvenil para las editoriales Júcar y Cantábrico.
Para 1989 llevaba en su cuenta dos mil 243 novelas y en 1991 publicó por fin su primera novela larga bajo el título “Lucha oculta”, la cual consideraba su favorita. Más tarde publicó una narración extensa llamada “Amargos sentimientos”.
Tellado significó una referencia obligada en la vida de muchas españolas que siguieron sus textos. Menospreciada en ocasiones por su estilo de corte amoroso y sin tanta pretensión, su literatura fue a su propio juicio, una escritura especial sin mérito estilístico, pero dotado de eficacia y grandeza, elementos suficientes para establecer una conexión con el público popular.
Sus textos fueron una ventana para la liberación de muchas lectoras y a la vez un bálsamo de felicidad, ya que entre sus líneas se dejaban llevar a cabo acciones que la sociedad prohibía en las calles.
De acuerdo con información del diario español “El país”, varias obras de Corín fueron llevadas al cine a partir de 1970, como “Tengo que abandonarte” y “Mi boda contigo”. En 1977 hizo su debut en la radio con la serie de título “Lorena”.
En 1995 su salud se vio afectada y sus males la obligaron a practicarse hasta tres sesiones de diálisis peritoneal por semana, cosa que no le impidió seguir con su labor y continúo escribiendo novelas con la ayuda de su nuera.
En el 2000 publicó su primer obra en Internet, “Milagro en el camino” y en 2008 se unió a la campaña “Doi la cara pola Oficialidá”, que luchaba en pro del reconocimiento del asturiano como lengua co-oficial de Asturias.
“Dejaré de escribir cuando me caiga la cabeza sobre la máquina. Yo no me rindo”, fueron palabras en los últimos días de su vida. Corín falleció el 11 de abril de 2009, en su domicilio de Gijón, Asturias, a la edad de 82 años.
Con más de 400 millones de ejemplares vendidos, figuró en el Libro Guiness de los Records de 1994 y despertó opiniones como la de Mario Vargas Llosa, quien apuntó que “la vasta producción de Corín quedará como muestra de un fenómeno sociocultural”, así como el calificativo de “la inocente pornográfica”, por parte del escritor Guillermo Cabrera Infante.
“Ese mundo de tinieblas”, “El desengaño de Mel”, “Me olvidaste al otro día”, “A tu lado no es vivir”, “Defenderé esta causa”, “La esposa de mi hermano”, “El testamento de la abuela” y “El destino de las sombras”, son algunos de los títulos que conforman la extensa y muy valorada obra de la que fue considerada maestra de lo sentimental dentro de la literatura mundial.

jueves, 19 de abril de 2012

Hace cuatro años, Rajoy se oponía a la extranjerización de los hidrocarburos en España


Y bueno queridísimos hermanos nuestros de la madre patria, hay que reconocer que su sangre pesa y mucho, lo digo porque he vivido muchos años bajo un engaño tan grande como el de uds, por eso les aconsejo que dejen de creerse los fantásticos de europea y reveean su historial, hoy verlos inmersos en tal mentira me parece increíble desde este lado, como algo que allá tendría que haber pasado de moda si hubieran visto un poco para erl costado, pero no, prefirieron creerse un engaño más de Rajoy y escudarse detrás de una empresa rusa multinacional.
Dejarle la llave de tu casa al enemigo es lo mismo.

lunes, 2 de abril de 2012

Malvinas: una herida abierta que no cierra


Por Edgardo Esteban*

La guerra de Malvinas es una parte de la historia reciente argentina de la que poco se habla. Los datos y testimonios reunidos a lo largo de un cuarto de siglo han logrado quebrar el silencio oficial y poner al descubierto un hecho espeluznante: durante la guerra los soldados argentinos no sólo tuvieron que combatir al enemigo, sino al hambre, el frío y la inaudita incompetencia, cobardía y crueldad de sus propios jefes militares. Lo que vino después, el regreso, la posguerra, estuvo determinado por la indiferencia de una sociedad traumada por su irreflexivo apoyo a la dictadura y el silencio y el olvido impuesto por los militares. Volver fue el comienzo de un doloroso camino para una gran cantidad de soldados sacudidos por el horror vivido y por el porvenir, que ya no sería el mismo.

De alguna forma se combatió a los excombatientes, dándoles la espalda, obligándolos a la marginación, sepultándolos en el olvido, la indiferencia. Resultado: a la fecha los ex combatientes suicidados llegan 400, mucho más que los 267 muertos en combate. Los que aún viven padecen distintas afecciones, de graves consecuencias, englobadas en la denominación "Trastorno de Estrés Postraumático"...
La indiferencia social posterior al conflicto contrastó con el fervor patriótico que el 2 de abril de 1982 generó el anuncio de la "recuperación" de las Islas Malvinas, en boca del dictador Leopoldo Galtieri. La Plaza de Mayo de Buenos Aires, teñida de color celeste y blanco, se colmó de miles de ciudadanos, entre ellos muchos reconocidos dirigentes políticos y sindicales. Aclamaban a Galtieri, quien decía: "si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla".
Al final de la guerra, el 14 de junio, todo cambió de golpe. Tras la derrota, esa misma gente trató de incendiar la casa de gobierno, echó a Galtieri del poder y no quiso volver a hablar de Malvinas. El final del conflicto cerró el capítulo de la dictadura y fue un factor decisivo para la reinstauración de la democracia, pero en cuanto a la guerra, la sociedad no se hizo cargo de sus responsabilidades.

Las autoridades y la sociedad se comportaban como si los soldados fuesen los responsables de la derrota. Hubo un acuerdo tácito para olvidar la guerra, esconder a los que regresaban y borrar de las mentes lo vivido. Para obtener la baja militar, los oficiales hicieron firmar a los soldados una declaración jurada, en la que nos comprometíamos a callar y por ende a olvidar. Hablar de la guerra, de lo ocurrido durante la guerra, fue lo primero que nos prohibieron. Así, el dolor, las humillaciones, la frustración, el desengaño, la furia, quedaron dentro de cada uno de nosotros hasta tornarse insoportables en muchos casos. Es que hablar, contar, era el primer, necesario paso para exorcizar nuestro infierno interior y empezar a curar las heridas. Pero no se podía, eran cuestiones de Estado. De modo que el regreso fue cruel, en silencio, a escondidas, como si fuésemos un grupo de cobardes. La bienvenida quedó para el hogar.

Asignaturas pendientes

Nadie discute hoy, ni ha discutido nunca, el justo reclamo argentino de soberanía que la República Argentina mantiene sobre las Islas desde 1833. Pero eso nada tiene que ver con el análisis descarnado de lo ocurrido en 1982. Durante mucho tiempo se ha preferido eludir la autocrítica de la derrota, de la que nadie quiso hacerse cargo. Galtieri y recientemente el almirante Jorge Anaya murieron sin haber hablado, sin enfrentar sus responsabilidades políticas y militares. Ninguna guerra es buena, pero ésta, por la improvisación e incompetencia, fue peor.

Hundimiento del HMS Antelope en Malvinas 1982

Al margen de los errores tácticos y estratégicos que definieron la suerte de la guerra, lo que aparece como inaudito son los injustificados malos tratos, las crueldades de algunos oficiales y suboficiales hacia sus soldados: por ejemplo, "estaqueos" (1) durante horas en la turba mojada, con temperaturas bajo cero. En su gran mayoría eran castigos por robar comida. Teníamos hambre, porque la imprevisión y la incompetencia eran tales, que a pesar de que "invadimos" unas islas semidesiertas, estábamos al lado de nuestras costas y permanecimos allí 30 días hasta que llegaron las tropas inglesas y empezaron los combates... ¡no había casi comida!.
El genocidio iniciado por los militares y sus apoyos civiles con el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, continuó de algún modo en Malvinas. La misma crueldad, la misma incompetencia, el mismo desprecio por la vida ajena, la misma cobardía. En Malvinas, los militares cometieron aberraciones progresivamente denunciadas por quienes las sufrieron en carne propia: tortura física y psicológica; traición. Con alguna otra excepción, sólo la valentía y capacidad técnica de los pilotos de la Fuerza Aérea quedan fuera de estas calificaciones.

La derrota fue tan dura para la Junta Militar, que se vio obligada a nombrar a una Comisión Investigadora. Un digno general de la Nación, Benjamín Rattenbach, elaboró en 1983 un informe (2), a pedido de la Comisión de Análisis y Evaluación Político Militar de las Responsabilidades del Conflicto del Atlántico Sur. El informe califica la Guerra de Malvinas como una "aventura irresponsable" (ver "El Informe..."). Señala que cada arma funcionaba por su cuenta, que carecían de preparación y que la conducción estuvo plagada de errores. Sobre esta base, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas condenó a Galtieri a 12 años de reclusión con accesoria de destitución; al almirante Jorge Isaac Anaya a 14 años de reclusión con accesoria de destitución y al brigadier Basilio Arturo Lami Dozo a 8 años de reclusión. En cambio, quedaron absueltos, por prescripción de los delitos, los jefes militares Osvaldo Jorge García, Helmut Conrado Weber, Juan José Lombardo, Leopoldo Alfredo Suárez del Cerro, Mario Benjamín Menéndez y Omar Edgardo Parada. En 1988, al cabo de la revisión en segunda instancia civil y federal de la condena a Galtieri y demás responsables militares, un tribunal ratificó las condenas por los delitos cometidos unificándolas en 12 años solo para los tres máximos jefes militares. No hubo otros condenados por responsabilidades en la Guerra de Malvinas. Finalmente Galtieri, Anaya y Lami Dozo fueron indultados en 1990 por el presidente civil Carlos Saúl Menem.

Militares que cometieron violaciones de los derechos humanos como tortura, tortura seguida de muerte, (Art. 144 del Código Penal) y robos, homicidios y delitos conexos cometidos como miembros de una organización delictiva (dirigida por las juntas militares que gobernaron durante el llamado 'Proceso'), cobran pensión actualmente como ex combatientes de Malvinas. En algunos casos no se los juzgo o se los absolvió; en otros se los indultó o sus procesos se cerraron a causa de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida (3).

Entre los absueltos figuraba el entonces teniente de navío Alfredo Ignacio Astiz, miembro de los primeros comandos enviados a las islas Georgias del Sur, vecinas de las Malvinas y también bajo ocupación británica. Astiz se rindió con su tropa al enemigo sin efectuar la debida resistencia; fue capturado y remitido a Gran Bretaña. De regreso en el país y ya en democracia, fue juzgado en Argentina y condenado (en ausencia) en Francia por participar de secuestros y desapariciones durante la dictadura, entre ellos el de dos monjas francesas y de miembros de Madres de Plaza de Mayo. Otra de sus hazañas, realizada el 27 de enero de 1977 en la localidad de Palomar, cuando encabezaba un grupo de tareas que operaba en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), consistió en balear por la espalda a la adolescente sueca Dagmar Hagelin, cuando ésta corría asustada sin ofrecer resistencia. Estos actos de "valentía" en el servicio no los repitió Astiz en Malvinas: es conocido que ante el primer disparo del enemigo alzó la bandera de rendición y se entregó junto con su tropa.

El descarnado informe del general Rattenbach fue silenciado por sus camaradas, que no quisieron hacerse cargo del debate y sumir una autocrítica sobre lo ocurrido. Tampoco por los gobiernos civiles. Solo fue publicado en una edición del Centro de Soldados ex Combatientes de Malvinas de La Plata (CESIM). Como dice el escritor Osvaldo Bayer, autor del prólogo: "Malvinas es la única guerra del mundo donde murieron los soldados y se rindieron todos los generales, almirantes, brigadieres, coroneles, vicealmirantes, contraalmirantes, mayores, capitanes, sargentos, cabos primeros".(4) 

Todos esos heroicos militares van muriendo en la cama, poco a poco, gozando de pensión completa. El cinismo continuó con la democracia, cuando se empezó a inaugurar monumentos a los "Héroes de Malvinas", mientras los ex soldados comenzaban a suicidarse. Los "héroes" en realidad fueron víctimas. Mientras oficiales y suboficiales siguieron cobrando sueldos, pensiones y retiros al margen de su responsabilidad en los hechos de la guerra (y en otros hechos, durante la represión dictatorial), los "soldaditos" en un primer tiempo tuvieron que salir a mendigar.
El día después 

Las pensiones a los ex-combatientes de Malvinas sólo se establecieron en 1990, casi una década después de la guerra y gracias a la ley nacional 23.848, que beneficiaba a los ex soldados conscriptos, comenzaron a cobrar 150 pesos mensuales.

La difícil recuperación de las secuelas de la guerra y de la reinserción social, el "Trastorno de Estrés Postraumático" (TEP) afectó en diverso grado a todos los ex combatientes. El TEP es un estado depresivo crónico, propio de alguien que ha experimentado de forma directa la guerra. Genera una constante sensación de temor, angustia u horror y pesadillas, miedos, problemas de relación, irritabilidad, dificultades para conciliar el sueño, sobresalto, un elevado nivel de violencia e irritabilidad, inclinación por las adicciones, entre tantos síntomas.

Según datos estadísticos obtenidos en el 2004 por el Ministerio de salud de la provincia de Buenos Aires (5), un 77.9% de los ex combatientes sufre de trastornos de sueño. Un 10% reconoce haber padecido síntomas psicóticos tales como delirios, alucinaciones y manifestaciones paranoicas. Un 20% asegura sufrir algún tipo de fobia y un 60% se queja de trastornos de la memoria (olvido constante de nombres, fechas, situaciones, etc.). Un 32% declara padecer de ideas obsesivas ligadas a Malvinas y la relación de Malvinas con hechos posteriores. Un 28% de los ex combatientes encuestados tiene ideas recurrentes respecto al suicidio; un 10 % reconoce que ha realizado intentos de suicidio en una o más ocasiones. El 37% se reconoce violento; un 26% usa comúnmente armas de fuego.


Informe Rattenbach - Recortes de prensa. Un fragmento sustancial del Informe Rattenbach, considerado secreto de Estado por la dictadura militar, fue publicado por la revista Siete Días, lo que trajo aparejado una encendida discusión sobre la libertad de prensa. Clic para descargar los recortes en formato imagen.
Los estudios (6) ayudan a entender las particularidades de la población de ex combatientes: el 41% alcanzó la escolaridad primaria; el 60% no tiene resuelta en forma estable su situación laboral; el 36% padece discapacidad física y/o psíquica. Si bien el 99% cuenta con obra social, el 72% no concurre al médico y el 91% no recibe atención específicamente psiquiátrica y psicológica. El 88% nunca concurrió a un centro de salud. Entre el 25 y el 39% de los ex combatientes (varía según su zona de residencia), padece el TEPT.
Las formas más frecuentes de TEPT en estos ciudadanos son: trastornos depresivos severos con intentos de suicidio o idea suicida persistente; violencia familiar; bajo o nulo control de los impulsos; intoxicación por drogas o alcohol; abstinencias; episodios de descompensación psicótica, trastornos de ansiedad en sus distintas formas. La fantasía suicida, los intentos concretos de suicidio, o bien las conductas de autodestrucción y auto agresión se verifican en casi todos los casos de urgencia. Al margen del altísimo número de suicidios consumados, hay un número de casos de "suicidio encubierto" (sobredosis, accidentes, etc.), de los que no se tiene un registro claro.



En los últimos años la situación de los ex combatientes de Malvinas mejoró notablemente. Los Centros de de ex combatientes (organizaciones creadas por los propios soldados, unas 30 ONG en todo el país), han logrado acceder a la participación en la discusión de políticas públicas con el Estado, con objeto de revertir la situación. 26 años después de terminada la guerra, recién ahora se está realizando un relevamiento socio-sanitario nacional de los ex combatientes, para atender aquellos casos de alta vulnerabilidad, a cargo del INSSJP-PAMI, obra social que atiende a los ex combatieres y a su grupo familiar.
Con el incremento de las pensiones, la situación económica de los ex combatientes ha mejorado. A partir del 2004, el estado nacional otorga una pensión de 1.700 pesos, equivalente a tres jubilaciones mínimas y en muchos casos los estados provinciales también otorgan pensiones y coberturas en las obras sociales provinciales. A partir de enero de 2007, la provincia de Buenos Aires, que tiene el 50 % del padrón –unos 5.500 ex soldados-, otorga una pensión equivalente a tres salarios mínimos del estado provincial, unos 1.500 pesos. En la provincias de Corrientes, Chaco, Entre Ríos, Ushuaia, entre otras, la situación es similar.
También existen encuadres para el acceso al trabajo. En la provincia de Buenos Aires, los ex soldados tienen prioridad para ocupar cargos auxiliares (porteros) en la Dirección General de Escuelas, donde trabajan 1.000 ex combatientes. Así mismo, en el 2007 el ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social) reconoció un error en la liquidación de los haberes de las pensiones devengadas en años anteriores, estimado en 30.000pesos por ex combatiente.

Durante 10 años no hubo ningún tipo de asistencia ni ayuda, por lo que se reclama una ley de reconocimiento histórico por el periodo que abraca desde 1982 hasta 1990. 

Los militares fueron a Malvinas cobrando salario y con cobertura social, en tanto que los conscriptos se encontraban cumpliendo con la Ley de servicio militar obligatorio, derogado en 1994.

Cacería de patos
Durante la guerra de Malvinas, el general Galtieri le comentó muy convencido  al mediador Alexander Haig "Nosotros tenemos experiencia en guerras porque hemos combatido a la subversión" Y el norteamericano le contestó irónicamente:"Ustedes tuvieron una cacería de patos, guerra es lo que van a tener ahora".
En el año 1992, una década después, escribí "Iluminados por el fuego" (7), libro que sin dudas contribuyó a abrir un debate sobre lo ocurrido en Malvinas. Hasta ese momento poco o nada se sabía sobre los suicidios y los traumas de posguerra entre los soldados, y la película (8) realizada luego por Tristán Bauer mostró la cotidianidad de la guerra; el hambre, las torturas a soldados por sus propios jefes. Desde entonces se multiplicaron las denuncias de los soldados sobre los malos tratos.

En 2007, tras un profundo trabajo de investigación y denuncia por parte del Subsecretario de Derechos Humanos de la Provincia de Corrientes, Pablo Andrés Vassel y la decisión colectiva de los ex combatientes (realizan congresos provinciales cada tres meses), se llevó a cabo una recopilación para el libro " Memoria, verdad, justicia y soberanía, Corrientes en Malvinas" (9), donde se denuncia la muerte de cuatro conscriptos –uno ametrallado; los otros por desnutrición y un enorme número de estaqueados. Vassel comenzó a recopilar estos testimonios en 2005, luego del preestreno en Corrientes de "Iluminados por el fuego", al que asistieron numerosos ex combatientes. Vassel narra que después de la proyección hubo un debate y que al comentar los vejámenes lo sorprendió que todos confirmaran las denuncias de la película, pero que al respecto ésta se había quedado corta. Así nació la idea de reunir las denuncias. 

Poco tiempo después Vassel filmó y armó con ellas el cuerpo central de los casos. Los primeros testimonios fueron presentados en el 2007 al entonces presidente Néstor Kirchner, en su carácter de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, y a la ministra de Defensa Nilda Garré. Posteriormente, el (FECHA), el documento fue presentado a la jueza Federal de Río Grande (Tierra del Fuego, jurisdicción de las Islas Malvinas), a cargo de la jueza federal Lilian Herraez. 

El texto denuncia que algunos efectivos militares de carrera, oficiales y suboficiales, trataron a los soldados conscriptos de manera similar, o con los mismos criterios y métodos de terror, que había utilizado la dictadura militar ante el conjunto de la población. Simulacros de fusilamiento, torturas sistemáticas, vejámenes repetidos y desprecio absoluto por la vida. Varios soldados correntinos murieron de hambre, y ésto no fue una circunstancia inevitable de la guerra, sino consecuencia de un tratamiento humano indigno, ya que todos los testimonios hablan de que el personal de cuadro no sufría privaciones.

Por ejemplo, el ex combatiente Jorge Delgado recuerda: "El hambre que teníamos era una constante, porque estábamos muy mal alimentados; la carne y la verdura se repartían entre los oficiales y suboficiales". Marcos Ojeda agrega: "Al mes del combate el 90% del regimiento estaba con desnutrición, incluso mi compañía tuvo un deceso por esa causa. Yo siempre pesé 70 kilos y cuando terminó la guerra estaba en 52 kilos y medio". Mario Romero: "Nosotros estábamos a un kilómetro del puerto, y ahí pegado había un lugar donde los ingleses faenaban las ovejas y tiraban las vísceras. Los soldados iban y alzaban eso (...) buscaban cáscaras de papa, de naranja, y comían; juntaban y comían. Llegó un momento en que parecía que no éramos soldados, éramos linyeras buscando comida. Se tomaban sanciones contra quienes hacían esto. Los estaqueaban o lo enterraban en un pozo, con sólo la cabeza afuera".

A mediados de agosto de 2007, la jueza Herraez y la secretaria Cecilia Incardone se instalaron en la ciudad de Corrientes, en el Juzgado Federal. Allí tomaron los primeros 23 testimonios y se presentó una segunda denuncia con 15 nuevos casos de estaqueamientos de soldados de la provincia de Corrientes, dos de Chaco, uno de Santiago del Estero, tres de Rosario y uno de Buenos Aires. Este último, "Cacho" Núñez, un ex soldado del Batallón de Infantería de Marina 5 (de Río Grande), compartió la pena con el suboficial retirado del ejército Guillermo Insaurralde, castigado... porque se compadeció y lo liberó del cepo. Fue muy importante el testimonio de un ex conscripto de la Fuerza Aérea, Alberto Fernández, de Casilda (Santa Fé), quien fue enterrado hasta el cuello en la turba helada a causa del acto "indisciplinario" de tomar un paquete de galletitas para alimentarse.

El expediente cuenta con tres cuerpos de 200 fojas cada uno. La Fiscalía interviniente está a cargo de Marcelo Rapoport. La causa está en la etapa probatoria, todavía sin procesados, aunque a raíz de las revelaciones el ministerio de Defensa separó a algunos militares, como el subteniente Gustavo Malacalza, subdirector del Liceo San Martín. También la Armada inició sumarios internos.
De los casos analizados por la Justicia el más grave es el de Rito Portillo, un soldado ametrallado por un cabo. Los militares lo hicieron figurar como muerto en combate y amenazaron con un Consejo de Guerra a un compañero de Portillo que intentó denunciar lo que había sucedido. Entre los muertos por desnutrición está Remigio Antonio Fernández, de quien recuerda uno de los testimonios: "Era un compañero mío, muy flaquito, muy quedado diría yo. No se la supo rebuscar, y falleció en la trinchera, arrolladito".
Perder el miedo
Muchas de las historias reunidas en el libro fueron relatadas por primera vez en 25 años. "Hubo tres formas de presión sobre los ex combatientes: la imposición de silencio de los jefes militares, que los amenazaron para que no hablaran al volver de Malvinas; la campaña de desmalvinización posterior y el olvido que se impuso en los ’90", señala el libro. Una de las consecuencias del silencio ha sido el alto número de suicidios de ex combatientes (400), que supera al de los caídos durante la guerra (271).

Pero además de las políticas impulsadas desde el Estado, el tema de los soldados de Malvinas siempre ha provocado frialdad social. "Para mí, tiene que ver con que Malvinas expresa las contradicciones de los argentinos: el haber salido a la Plaza de Mayo a apoyar a Galtieri, y luego el hecho de que mucha gente asocia el tema a una reivindicación de la dictadura. Esto deja a los soldados en una situación difícil, porque para los militares, ellos son civiles, pero para los civiles son militares", sostiene Vassel.

En noviembre pasado, Vassel y Orlando Pascua, Miembro del Centro de ex combatientes de la provincia de Corrientes (CESCEM), acompañados por el ex combatiente Roque Zabala, estuvieron nuevamente en Río Grande, donde anexaron a la causa tres casos de estaqueamientos detectados en la provincia de Santa Fe y entregados a la Justicia por la Secretaría de Estado de Derechos Humanos de esa provincia, a cargo de Domingo Pochettino y Alfredo Vivono, más dos testimonios de ex conscriptos que residen actualmente en Río Grande. Uno de ellos señala claramente al "famoso" teniente Jorge Taranto (o Baroni) por sus actitudes aberrantes para con los soldados conscriptos.
También en Río Grande, los miembros de la Comisión de Derechos Humanos de la Provincia del Chaco María Cristina Barrios, María Luisa Chomiak y María Elena Vargas, presentaron cuatro denuncias de ex combatientes chaqueños, quienes quieren que la jueza que lleva la causa se apersone también en esa provincia para tomar declaraciones a otros ex combatientes. La presentación la realizó finalmente la propia Legislatura Provincial chaqueña, denunciando ante la jueza fueguina distinto tipo de vejámenes sufridos por soldados durante la guerra, cometidos por miembros del Estado. Los diputados provinciales dispusieron un plazo de 90 días para posibilitar que otros ex combatientes puedan testimoniar. La provincia del Chaco, junto con las de Buenos Aires y Corrientes, es las que más soldados aportó a la guerra.
De esa manera, totalizan 41 los casos denunciados ante la Justicia Federal de Primera Instancia de Río Grande, con jurisdicción sobre las Islas Malvinas. La presentación sostiene que las Fuerzas Armadas pueden aprender mucho del testimonio de los soldados, puesto que para ellos su participación en Malvinas es el hecho más importante de sus vidas; que allí lo pusieron todo, que el hambre, el frío, la incompetencia, no fueron suficientes para quitarles su ánimo de combate y que esos relatos no hacen más que encarnar un profundo deseo de verdad y justicia.

Se trata de establecer la verdad de lo ocurrido. Algo que la sociedad les debe a los caídos y a los que combatieron con dignidad en Malvinas. Se trata de hacer justicia, para separar nítidamente a aquellos que combatieron con honor, incluidos algunos oficiales y suboficiales, de quienes consideraban un acto de valentía estaquear a un soldado hambriento.

El trabajo fue presentado al ex presidente Néstor Kirchner, acompañado de una carta que dice: "debe conocerse en nuestro país la verdad sobre estos hechos y sobre todas las tropelías cometidas por la última dictadura militar, para tener en claro la memoria sobre los padecimientos de nuestro pueblo; la necesidad de contar la verdad sobre la forma en que se condujo la guerra y el trato que se les dio a los patriotas que ofrecieron sus vidas a los 18 años, sugiriendo una comisión investigadora para recibir el testimonio de los soldados".

La presentación judicial, por su parte, hace hincapié en que fue un genocidio planificado, dado que están implicadas las tres fuerzas y los altos mandos y que esos hechos no fueron producto del desvarío y la crueldad de cuatro o cinco oficiales o suboficiales. Por ejemplo, un soldado del Regimiento de Curuzú Cuatiá fue estaqueado en el Liceo Militar General Roca de Comodoro Rivadavia antes de viajar a Malvinas, con lo que el argumento de la ausencia de instalaciones "adecuadas" para el "acto disciplinario", revela toda su falsedad.

La denuncia generó las siguientes acciones oficiales:

- Se ultiman detalles jurídicos para que la Nación, por decisión del ex presidente Néstor Kirchner, se presente como querellante en la causa a través de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, a cargo de Eduardo Luis Duhalde.
- La Comisión de Derechos Humanos de la legislatura de la provincia del Chaco creó una Comisión Investigadora. En las primeras dos semanas de trabajo se recolectaron cinco nuevos casos, presentados en el juzgado de Río Grande a fines de 2007.

- La Provincia de Santa Fe creó a su vez una Comisión Investigadora.
- A instancias de la Subsecretaría de Derechos Humanos de Corrientes tomó contacto con la ministra de Defensa Nilda Garré, a quien le entrego una copia de la investigación: 220 páginas y 10 horas de documento fílmico con los testimonios.
Obran en el expediente 41 casos 'y un número muy importante de testimonios', dijo Vassel, quien agregó que 'sabemos de nuevos casos, descubiertos en Tucumán, Salta, San Luís, Córdoba, Corrientes, Misiones y Buenos Aires. Estamos esperando la mejor oportunidad para presentarlos a la causa'. "En la actualidad hay 41, que podrían llegar a 60 en los próximos meses", detalla Vassel, que durante este año seguirá viajando por el país recopilando denuncias como las de ex combatientes de la provincia de Chubut, que narran como eran picaneados en los pies por sus superiores, con los equipos de comunicaciones de 12 voltios.
Acompañando las denuncias de los ex combatientes, organismos de derechos humanos como Abuelas y Madres de Plaza de Mayo realizaron en Buenos Aires el 8 de diciembre pasado una conferencia de prensa y la presentación del libro de la Subsecretaria de Derechos Humanos de la provincia de Corrientes. En el prólogo del libro Estela de Carlotto, presidente de Abuelas, manifiesta su compromiso con la verdad histórica de Malvinas: "Felizmente la memoria esta presente y activa en nuestro pueblo. Esta vez es la provincia de Corrientes la que nos da el ejemplo de que no debemos olvidar los acontecimientos, ni a las victimas, ni a los responsables de las atrocidades infringidas durante los años de la dictadura militar". Y agrega: "El escarnio, el abandono, el valor de estos conscriptos que con el pecho abierto al amor por la Patria, fueron a defenderla pero indefensos. Nos concierne a todos los pobladores del país saber que no es posible el olvido, que 26 años después la leyenda es un dolor abierto y que debemos saldar estas deudas. Queda entonces esperar que la justicia actúe, que los indiferentes se involucren y que los lectores del libro tomen partido para la construcción entre todos de un país digno, libre y soberano".

Carlotto da en el clavo: los ejes deben ser memoria, verdad y justicia. Memoria, por los caídos, por los que no soportaron tanta desidia y por todos aquellos que dieron la vida allá y acá por la soberanía. Verdad, porque sin ella ninguna sociedad crece ni se desarrolla. Justicia, para que no exista más impunidad.

La sociedad argentina jamás será justa; en país no será distinto, previsible, lógico y pacífico si no condena la impunidad y a quienes violan la Constitución y los Derechos Humanos. Los argentinos necesitamos ganarle a nuestra propia guerra, esa que deambula en nuestra mente y que nos acecha. Malvinas exige que se castigue a todos los culpables, que se proteja y asista a los ex combatientes. Que se recuerde tanto a los que murieron en las islas, como a los que volvieron y como consecuencia de la indiferencia y el olvido se quitaron la vida.

* Edgardo Esteban: Escritor, periodista, ex combatiente en la guerra de Malvinas entre Argentina y Gran Bretaña (1982). Autor del libro "Iluminados por el Fuego", y coautor del guión de la película del mismo nombre.

Fuente: Le Monde Diplomatique, febrero 2008

Rattenbach

Por Osvaldo Bayer

En derechos humanos se están poniendo algunos puntos sobre las íes. Lo de Malvinas, por ejemplo. Decir la verdad. Decir que fue una búsqueda desesperada de los militares para salvarse. La figura espantosa de un general Galtieri con la botella de whisky en la mano que manda a la guerra a morir a centenares de jóvenes no preparados. Lo escribí en aquellos días, cuando la mayoría de los argentinos se emocionaron y fueron a la Plaza de Mayo a aplaudir al siniestro uniformado. Dije que a las Malvinas había que recuperarlas con otros medios, no con las armas. Con la razón de la verdad. Dando el ejemplo de que somos un país democrático y amante de la vida y los derechos, y no un engendro de dictaduras, desaparición de personas y el reino de la coima. Y terminó como lo habíamos previsto: con la mezquina muerte de los jóvenes soldados y la rendición de sus cobardes generales. Parece un grotesco sainete de Alberto Novión, con una escenificación de Dario Fo. Una obra de arte de la cobardía trágica. Pero todo horriblemente banal azul y blanco, con sol. Todo usado para el provecho propio. Para poder quedarse en el poder después de los crímenes de la máxima crueldad, con el ataúd de los desaparecidos debajo del escritorio presidencial. Malvinas: la única guerra del mundo donde murieron los soldados y se rindieron todos los generales, almirantes, brigadieres, coroneles, vicealmirantes, contraalmirantes, mayores, capitanes, sargentos, cabos primeros. Y todos esos generales, almirantes y brigadieres van muriendo en la cama, poco a poco, con pensión completa.

Pero el cinismo siguió también en democracia, se empezaron a hacer monumentos a los Héroes de Malvinas mientras los ex soldados comenzaron a suicidarse. Los Héroes que en realidad fueron Víctimas. Sí, los de abajo, no los con jinetas que siguieron cobrando sueldos, pensiones y retiros. No, los que en un primer tiempo tuvieron que salir a mendigar, los de marrón terroso que habían soportado las bombas y las balas.

Ya en democracia tendría que haberse dicho la verdad y no encubrirla. Por ejemplo, publicar oficialmente el Informe Rattenbach, la verdad sobre los hechos. Acusar con la verdad al crimen irresponsable de Galtieri y sus generales. El Informe Rattenbach tendría que haberse repartido en edición oficial y haberse organizado grandes debates en los organismos de cultura, para que la sociedad supiera cómo fue engañada pero al mismo tiempo qué fácil cayó en el aplauso fácil de los sumisos y dominados. Pero no, ni Alfonsín ni Menem ni De la Rúa se dieron por enterados.

¿Cómo se creó esta comisión investigadora?

La derrota fue tan vergonzosa que la Junta Militar derrotada tenía no sólo que cambiar a Galtieri sino también nombrar a una comisión investigadora militar de por qué se había perdido la guerra. Lo hizo para ganar tiempo y para lavar la ropa sucia. Pero, para aparecer honestos tenían que nombrar a alguien absolutamente honesto e incorruptible. Fue al teniente general Benjamín Rattenbach a quien le tocó la misión de presidir tal comisión. Comisión que era sólo de “análisis y evaluación”.

Pero Rattenbach y su comisión en vez de producir un informe que dijera algo para ocultar todo, fue al fondo de la cuestión. Y lo dice en su informe final: “La fuerza, empleada equivocada e inoportunamente, no es el medio idóneo para hacer valer los derechos frente al adversario y ante la comunidad internacional”. En los considerandos ya se establece que el clima no era el mejor para iniciar la invasión ya que “existía en numerosos países, particularmente en los países europeos, un rechazo hacia el gobierno argentino, por la cuestión de los derechos humanos”. Frase fundamental. Sobre la improvisación irracional de la dictadura, establece: “...las capacidades del enemigo han sido consideradas en forma poco profunda, al igual que el análisis de la probable reacción británica, no existiendo certeza acerca de qué documentos o funcionarios fueron consultados”. Y “el escasísimo aviso previo que se dio a las unidades propias para cumplir misiones de guerra provocó que se enviasen a Malvinas tropas sin adiestramiento ni equipamiento adecuado”. Se expresan claramente las “fallas de coordinación entre comandos”, la “falta de preparación del personal y material” y la “falta de información del enemigo”. Además, “no existía un plan de defensa de las islas en caso de que Gran Bretaña decidiera recuperarlas por la fuerza”. Improvisación total. Luego, el informe califica a las medidas de las tres armas como “irreflexivas y precipitadas” que la convirtieron “en una aventura militar, sobre todo cuando se hizo efectiva la reacción bélica británica”. Pero el dictamen de la comisión investigadora no se reduce a la responsabilidad de los militares sino también de los medios de información argentinos “que contribuyeron a una pérdida generalizada de oportunidad”.

Se refiere también a las fanfarronadas oficiales, absolutamente irracionales, como cuando Galtieri dijo desde el balcón de la Casa Rosada: “si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla”, o de Costa Méndez, el canciller argentino tan derechista y católico: “La bandera argentina no será arriada mientras corra una gota de sangre por las venas del último soldado argentino que defiende las islas Malvinas”. El primero en arriarla fue el general Mario Benjamín Menéndez, el comandante de la isla. Bravuconadas de Galtieri y Costa Méndez que costaron la vida de centenares de jóvenes. Luego, la investigación irá a la parte de preparación militar. La irresponsabilidad fue iniciar una guerra cuando “la clase 1963 no había completado su instrucción básica ni se había completado la instrucción elemental de tiro y combate”. “No se previeron las necesidades de orden logístico” que “fue causa de serios problemas de desnutrición” de los soldados. Además de la “falta de capacidad integral de la flota”. El 60 por ciento de las bombas argentinas sobre buques británicos “no explotaron porque no tenían su tren de fuego preparado para blancos navales”. Con respecto al comandante militar de Malvinas, general Menéndez, hay una frase en el Informe que lo avergüenza para siempre: “Observamos un escaso empleo de lo que nuestra doctrina señala como un arbitrio esencial para la conducción: la presencia del comandante”. Que en buen castizo quiere decir: El general Menéndez se borró. Al general Parada, el informe lo deja desnudo: “Existió en la Brigada Infantería III una profunda ignorancia sobre el estado de las Fuerzas, lo que tuvo su origen... en la ausencia del comandante, quien instaló su puesto de comando en una casa donde vivía con gran parte de su Estado Mayor y personal de seguridad. El general Parada concurrió a su Estado Mayor en pocas ocasiones. Su particular forma de mando le hacía no considerar los asesoramientos de su Estado Mayor”. Además, señala: “Para nuestra inteligencia militar, los enemigos fueron Chile en el marco externo y la subversión, en el marco interno”. En sus conclusiones dice del comandante, general Mario Benjamín Menéndez: “No exhibió ni evidenció las aptitudes de mando y arrojo indispensables en la emergencia, y no fue en esa oportunidad –única en su vida militar– el ejemplo y la figura que la situación exigía frente a las tropas”.

Finalmente se encuadra en lo penal a Galtieri, Anaya, Mabragaña y Reposi en delitos que merecen la pena de muerte o reclusión por tiempo indeterminado y otras penas para altos jefes. Se llega así también a Astiz “por haberse rendido sin oponer resistencia”. Es decir, el delator de las Madres y de las monjas francesas quedó como cobarde en la investigación de los propios militares.

Un documento que sirve para demostrar todo el interior obsceno de los militares del “proceso” de desaparición de personas. Un documento para que sea conocido por todas las generaciones que sufrieron el régimen y para las venideras, a fin de que luchen siempre por la verdadera democracia y la libertad.Las secretarías de Cultura del país deben editar y repartir este libro de esta guerra que utilizando un motivo noble llenó al país de vergüenza y de la muerte de centenares de jóvenes.

Desaparición de personas y derrota moral y material de Malvinas. Dos antecedentes para pensar en luchar por un futuro sin hambre, sin desocupados, sin dictaduras uniformadas, sin monumentos a la violencia.

Página|12, contratapa 8 de abril de 2006.
Póster realizado por un grupo de
exiliados políticos en Suecia en 1982.
 



Entre la estrategia bélica y la subjetividad pacifista, la mayoría de la izquierda, desde el PC hasta las corrientes maoístas y trotskistas, se sumó, con pocas excepciones, al respaldo a la guerra.

Por Horacio Tarcus *

Mientras otros actores políticos quedaron mudos de pura perplejidad o esperaron cautelosamente, la izquierda fue quizá la primera en reaccionar en abril de 1982. Todavía dolían los moretones en las cabezas o en las espaldas de los militantes corridos por la policía durante la marcha que había convocado la CGT el 30 de marzo, cuando todo el espectro de la izquierda –matiz más o matiz menos– reconocía la invasión de los militares argentinos a las islas Malvinas como una “recuperación” de magnitudes históricas que arraigaba en las más hondas aspiraciones nacionales y antiimperialistas del pueblo argentino. El primero, claro, fue Jorge Abelardo Ramos desde su periódico Patria Grande, que saludó la invasión como “uno de los grandes momentos de la emancipación americana”. La Guerra de las Malvinas era un escenario soñado para la “izquierda nacional”: las Fuerzas Armadas argentinas comprendían finalmente el error de su alianza con Martínez de Hoz y con Alemann y retomaban su misión patriótica y nacional, acaudillando al pueblo-nación. Semanas después, Ramos viajaba a Puerto Deseado junto a Saúl Ubaldini y Deolindo Felipe Bittel.

Aunque con menor fervor patriótico, el Partido Comunista también saludó la invasión como “un acontecimiento histórico que dejará sus hondas huellas en la conciencia nacional e incidirá grandemente en el curso de la política interior y exterior del país” (discurso de Athos Fava en el Comité Central del 5/6/1982). El PC llamó a la lucha antiimperialista y a buscar la solidaridad internacional en los países del bloque soviético para encontrar una solución negociada en el marco de las Naciones Unidas. “Las Fuerzas Armadas –afirmaba Fava– no pueden derrotar solas la agresión imperialista, obtener la paz justa y honrosa y combatir el enemigo dentro del país. Los civiles solos, tampoco.” ¿Entonces? Era la ocasión, una vez más, para abrir “un diálogo sin exclusiones” (esto es, con el PC) para conformar un “gobierno de coalición cívico-militar”. Mayor fue el entusiasmo nacionalista del Partido Comunista Revolucionario, que entendió que a partir del 2 de abril la contradicción dictadura-pueblo pasó a ser secundaria, desplazada por la contradicción imperialismo-pueblo. Llamó entonces a estrechar en torno de las FF.AA. un frente nacional antiimperialista, sin dejar de advertir que el “imperialismo rojo” (la URSS y todo el bloque soviético) no podía ser un aliado en ese camino.

Del seno de los grupos trotskistas, de tradición clasista e internacionalista, emergió una desconocida exaltación nacional-antiimperialista. Tanto el Partido Socialista de los Trabajadores que lideraba Nahuel Moreno, como Política Obrera, que inspiraba Jorge Altamira, llamaron a extender la guerra a todos los terrenos de la lucha: no sólo el militar y el diplomático, sino el de las sanciones económicas y la movilización antiimperialista de masas. Ambos grupos caracterizaron a la guerra como anticolonial y antiimperialista, en tanto enfrentamiento entre un país imperialista y un país oprimido, independientemente del hecho de que el país imperialista estuviese regido por una monarquía parlamentaria y el país oprimido estuviese sojuzgado por una dictadura. En el curso de la lucha antiimperialista, la dictadura iba a ser superada por la lucha de masas, las que llevando la emancipación hasta el final iban a encontrar finalmente su verdadera dirección. PO llegó incluso a reclamar “armamento para los trabajadores”.

Para 1982 los Montoneros, forzados al exilio, se encontraban en franco proceso de disgregación, pero muchos de sus dirigentes apoyaron la guerra y llegaron incluso a ofrecerse a los militares argentinos para combatir. Es interesante el testimonio de una de las figuras de esa diáspora, Gregorio Levenson: “El 2 de abril se había iniciado el intento de recuperar las Malvinas, reivindicación profundamente arraigada en toda la población de nuestro país. Pero ese paso lo había dado la Junta Militar, lo cual generó una fuerte contradicción en la mayoría de la población, y muy especialmente en los militantes de las organizaciones revolucionarias, que mantenían una lucha terrible contra la dictadura”. Levenson, que cargaba con la muerte de dos de sus hijos en la lucha armada y con la desaparición de su compañera Lola Rabinovich bajo la dictadura, concluyó por apoyar públicamente la guerra desde su exilio en Costa Rica y hasta tentó negociaciones con funcionarios argentinos en el exterior para regresar al país y cumplir tareas de apoyo. Uno de los núcleos más activos del exilio argentino en México, el Grupo de Discusión Socialista que integraban, entre otros, José Aricó, Juan Carlos Portantiero y José Nun, intentó articular el reconocimiento por la “soberanía argentina en las Malvinas” con la defensa de la “soberanía popular en Argentina”, lucha antiimperialista y lucha antidictatorial.

Dentro de la izquierda, las voces disidentes fueron pocas y apenas pudieron ser escuchadas mientras duró el conflicto. Dentro del país, el grupo libertario Emancipación Obrera sostuvo, a través de volantes y folletos, una posición antibélica y antinacionalista, mientras que el intelectual independiente Carlos Alberto Brocato hacía circular su texto “¿La verdad o la mística nacional?”, editado anónimamente bajo el sello “Círculo Espacio Independiente”. Adolfo Gilly desde México cuestionaba en “Las Malvinas, una guerra del capital”, texto aparecido en Cuadernos Políticos, que se tratase de un conflicto anticolonial y antiimperialista. Por su parte, León Rozitchner escribió, en 1982 en Caracas, un texto que recién se conoció en 1985: Las Malvinas: de la guerra “sucia” a la guerra “limpia”. Allí contraponía la lógica “objetiva” y “científica” de la estrategia político-militar sostenida por el Grupo de Discusión Socialista a la subjetividad antibélica y antidictatorial que lo había llevado previamente a desear que los militares argentinos fueran derrotados en Malvinas.

Generalizando el argumento, podría pensarse que quizás en abril de 1982 la izquierda argentina quedó atrapada entre una lógica estratégica belicista y nacionalista, por un lado, y una subjetividad antibelicista y antinacionalista, por otro. Porque si bien es entendible que la “izquierda nacional” llamase eufórica, como lo hizo Ramos, a “malvinizar” la política, no resulta tan claro en el resto del espectro de una izquierda forjada en el clasismo y el internacionalismo. Por su tradición, por su cultura, por su sensibilidad, las izquierdas clásicas son antibelicistas. Pero al mismo tiempo su política se nutre del pensamiento estratégico leninista, con su concepción de un mundo escindido en países imperialistas, semicoloniales y coloniales, en el que las izquierdas revolucionarias debían apoyar toda lucha de estos dos últimos contra los imperialistas.

El mismo León Trotsky, cuando lo entrevistó en México el sindicalista argentino Mateo Fossa, respondió que en el caso hipotético de que estallara una guerra entre la “democrática Inglaterra” y el “Brasil fascista” de Getulio Vargas, los revolucionarios debían estar del lado del “Brasil fascista”. No se trataba, para Trotsky, de la contradicción visible entre democracia y fascismo sino de una opresión estructural menos visible. El eventual triunfo del Brasil, imaginaba Trotsky, asestaría un golpe al imperialismo al mismo tiempo que “daría un poderoso impulso a la conciencia nacional y democrática del país y llevaría al derrocamiento de la dictadura de Vargas”. Sin lugar a dudas, esta perspectiva de no confrontar con los nacionalismos de los países atrasados sino de excederlos por izquierda también nutrió el imaginario de las izquierdas.

En suma, mientras la sensibilidad y la experiencia de los militantes de izquierda bajo la dictadura los impulsaba a rechazar cualquier “causa nacional” común con los militares genocidas, la estrategia política nacida con la Tercera Internacional los empujaba en sentido contrario: a apoyar en un sentido antiimperialista una guerra que habían iniciado los militares, creyendo que la movilización de masas dejaría a la dictadura en el camino.

* Historiador, docente e investigador de la UBA y miembro de la dirección del CeDInCI.


1833. Los ingleses invaden las Islas Malvinas gobernadas por Luis Vernet, durante el gobierno de Don Juan Manuel de Rosas, expulsando a los argentinos radicados en las islas.
[Imagen: Gaucho Rivero]
HISTORIA DE LAS ISLAS MALVINAS ARGENTINAS
Por María Laura San Martino de Dromi

1. Justos títulos y breve reseña de los acontecimientos hasta 1776
La historia no termina en 1833, ni tampoco empieza en 1776. Comienza mucho antes. Los episodios sobre la vida institucional de las Malvinas en los siglos XVI, XVII y XVIII, hasta la creación del Virreinato del Río de la Plata, en 1776, acontecen con motivo de las intervenciones francesas e inglesas en el archipiélago. Veamos una síntesis histórica:
- Durante el siglo XVI rigieron con plena fuerza los títulos emanados de las Bulas Pontificias.
Las Bulas Inter Caetera y Dudum si quidem le adjudicaban a España todas aquellas islas y tierras firmes, encontradas y que se encuentren, descubiertas y que se descubran hacia el occidente y el mediodía, imaginando y trazando una línea...", que se fijaba a cien leguas de la isla septentrional de las Azores: San Antonio a 360 al Oeste de Lisboa. Es el título de Adquisición del Nuevo Mundo. En aquella época nadie impugnó la Bula.
Las Malvinas se hallan incluidas en la zona a que aluden las Bulas citadas (1493). Por lo tanto, "España no necesitaba descubrir las islas para tener sobre ellas pleno derecho, cualquiera que fuese el descubridor".
-1520. Esteban Gómez; con la nave "San Antonio" de la expedición española de Magallanes, descubre las islas en su viaje de regreso a España.
Como resultado de ese descubrimiento, comienzan a figurar en la cartografía de la época: mapa de Pedro Reinel (1522-1523); Diego Rivero (1526-1527 y 1529); Islario de Santa Cruz (1541); Sebastián Gaboto (1544); Diego Gutiérrez (1561); Bartolomé Olivos (1562), etcétera.
- 1592. John Davis, que integraba la segunda expedición Inglesa de Cavendish, divisa las islas.
-1594. Richard Hawkins pretendió haberlas hallado. La cartografía inglesa de la época no las registran ni existen pruebas de estos descubrimientos. Hasta el siglo XVIII Inglaterra ignoraba a ciencia cierta la existencia de las Malvinas, confundiéndolas con unas hipotéticas islas Pepys.
-1600. Sebald de Weert, holandés, divisa las islas. De ahí el nombre de Sebald, Sebaldes, Sebaldines, que se le aplicó a las rnismas.
-1604. El Tratado de Paz entre España e Inglaterra deja sin efecto lo que se hubiera podido adquirir con anterioridad a su firma, inclusive lo del pretendido descubrimiento inglés.
-1670. Por el Tratado de Madrid se convino que Gran Bretaña conservaría todas las tierras, islas, colonias y dominios que poseyere en América, pero este reconocimiento de la soberanía inglesa en América del Norte era acompañado en contrapartida por otra cláusula, que disponía que "los súbditos de Gran Bretaña no dirigirán su comercio ni navegarán a los puertos o lugares que el Rey Católico tiene en la dicha India, ni comerciará con ellos".
-1684. Ambrose Cowley pretendió haber descubierto una nueva tierra, a la que llamó Pepys.
- 1690. John Strong navega el canal que separa ambas islas (San Carlos). Lo llama "Falkland Sond", en honor del entonces tesorero de la Armada, nombre que luego tomó todo el grupo. No desembarca siquiera.
-1701. Un piloto maluino, llamado Beaucheme, descubre la isla que lleva su nombre y penetra en la bahía de la Anunciación. Ese descubrimiento, y toma de posesión, fue seguido por otro llevado a cabo en 1705 (Islas Danycan).
-1748. Inglaterra decide enviar una expedición a "descubrir" y poblar las Islas Malvinas y Pepys. Ante la resistencia de España desiste. La expedición no tenía "intención de hacer ningún asiento en ninguna de dichas islas" (de las Instrucciones inglesas).

Esta consulta es una demostración categórica del reconocimiento de Inglaterra a los derechos de España sobre las islas.
- 1764. Primer intento francés de colonización por parte de Luis Antonio de Bougainville. Funda Puerto San Luis en la Malvina Oriental. Las islas serán llamadas Maluines (de los habitantes del puerto Saint-Maló). Con los españoles recibirán su actual denominación.
España protesta, obteniendo el reconocimiento de sus derechos de dominio. El rey Luis XV ordena a Bougainville la entrega de Puerto San Luis, previo pago de todos los gastos en que se había incurrido.
-1765. Inglaterra envía una expedición clandestina a cargo de John Byron, que debe efectuar «mejores reconocimientos" (en lugar de «descubrir") en las islas Falkland y Pepys.
Las islas que "descubrió" la expedición ya estaban ocupadas por la expedición de Bougainville. Byron explora parcialmente la isla Saunders (N.O. de la isla Gran Malvina) y bautiza en ella Puerto Egmont (enero de 1765), tomando posesión en nombre de Jorge III.
A fines del rnismo año, Inglaterra envía una expedición al mando de John Mc Bride, con el fin específico de ocupar las islas.
Londres toma conocimiento de la ocupación de Bougainvrne, a quien Mc Bride debe dar plazo de seis meses para abandonarla.
- 1766 John Mc Bride llega a las Malvinas casi dos años después de la ocupación de Bougainville (8 de enero de 1766).
En lugar de llegar a la isla Oriental o Soledad, donde estaba el navegante francés, llega a la isla Occidental o Gran Malvina descubierta por Bougainville y explorada en parte por Byron.
En la pequeña isla Saunders, en el lugar llamado por Bougainville Poil de la Croisade, Mc Bride funda Puerto Egmont (por el primer lord del Almirantazgo). 

Eran pues, dos colonias: Puerto Luis (Malvina Oriental), francesa, y Puerto Egmont (Malvina Occidental), inglesa.
-1766 España dicta una Real Cédula (4 de octubre) por la que declara a las islas dependencias de la Capitanía General de Buenos Aires. Se nombra a Felipe Ruiz Puente como gobernador. Puerto Luis se convierte en Puerto Soledad.
-1767 España recibe de Francia las Islas Malvinas (2 de abril). Inglaterra, establecida en el islote Saunders (Puerto Egmont), no efectúa, ante el traspaso, ninguna reserva de su supuesta soberanía.
-1768. El gobernador de Buenos Aires dispone que ningún establecimiento inglés debía ser tolerado en las regiones pertenecientes a la corona y que en caso de comprobarse su existencia, debía procederse por la fuerza.
- 1770. El 10 de junio las fuerzas españolas de la Escuadra de la Plata desalojan a la guarnición inglesa del islote Saunders. La expedición es mandada por Juan Ignacio de Madariaga. El comandante de las fuerzas de tierra fue el coronel Antonio Gutiérrez.
Inglaterra se sintió lesionada y efectuó el reclamo ante la Corte de Madrid.
- 1771. Siguieron negociaciones diplomáticas (22 de enero), que España concreta en una declaración en la que desaprueba la actitud inglesa, agregando: "La restitución de su majestad británica del puerto y fuerte llamado Egmont no puede ni debe afectar, en modo alguno, la cuestión de derecho anterior de soberanía de las islas Malvinas, llamadas también islas de Falkland".
Inglaterra acepta la declaración, pero no rechaza la expresa reserva de soberanía sobre las islas que establece España.
Recuérdese: se habla de Puerto Egmont, no de las Islas Malvinas en general. Puerto Soledad, ocupado por España, no mereció reserva ni reacción de Inglaterra.
-1774 Tres años después de la restitución de Puerto Egmont por España, Inglaterra abandona voluntariamente el islote Saunders (22 de mayo), llamado por entonces "Isla de Falkland" (en singular).
Se deja una placa con esta leyenda: "Be it Known to all Nations that Falkland's Island with this Fort..." ("Sepan todas las naciones del mundo que la isla de Falkland con este Fuerte...")
Esta placa fue llevada a Buenos Aires al año siguiente por el capitán Juan Pablo Callejas. Beresford la encontró en el archivo de la ciudad en ocasión de la primera invasión inglesa al Río de la Plata.
Ninguna manifestación de reserva hizo Londres entonces (1806). Tampoco la había efectuado en 1775, en que fue retirada.
- 1776 Se crea el virreinato del Río de la Plata, que incluye las islas en la Gobernación de Buenos Aires.
2. Gobierno y administración hispanos
En el período en que las Malvinas integraron la soberanía de España, su Gobierno y Administración se realizó a través de dos instituciones políticas fundamentales: la Gobernación y la Comandancia. Ambas instituciones, en ese orden, se suceden históricamente. Ellas representan un modelo de organización burocrática, cuya jefatura ejerce unipersonalmente el Gobernador o el Comandante, primero bajo la dependencia directa del Rey, y luego del Virrey, a partir de 1776 en que se crea el Virreinato del Río de la Plata.
a. Gobernador
El Gobernador en Indias tenía suprema jurisdicción como delegado de la potestad real, a efectos de asegurar la efectiva intervención de la Corona en todos los asuntos políticos, económicos, militares, religiosos y sociales. Sus funciones eran, entre otras, la de "dictar ordenanzas generales", "proveer cédulas", "ejercer órdenes del Rey", "mantener la paz", "ejercer la policía" y "defender el territorio". En el caso de las Malvinas si bien se trata de un gobernador "menor", "de distrito", "subordinado" (para diferenciarlo, por ejemplo, del "Gobernador General", "Virrey Gobernador", etc.), sus funciones eran amplias y generales en todos los asuntos del territorio confiado a su administración.
En ese aspecto, por ser una administración local se parecía más a los "corregidores" y a los "alcaldes mayores" que a los "gobernadores" propiamente dichos.

b. Comandante
El Comandante tiene menor entidad institucional e inferior jerarquía que el Gobernador. Sus competencias son especificas, más concretas y están sujetas a instrucciones especiales. Por lo común, la comandancia actúa como "destacamento militar". El Comandante, como jefe de dicha unidad militar, tiene a su cargo la policía del orden y de la seguridad y a defensa del territorio.

El Capitán de Fragata Francisco Gil y Lemos (1773-1777) fue el último Gobernador Español en las Malvinas. Durante su administración se reduce la jerarquía institucional "del Establecimiento" de Gobernación a "Comandancia" (5/1/1774). Dos son los motivos que justifican ese cambio institucional. Primero, los peligros y amenazas de invasión extranjera (francesa y británica principalmente) que determinan que el Rey centralice aún más el poder en esos territorios y mantenga una "administración especial" de estricto corte militar (más para defensa de la soberanía que para la prestación de servicios y otros menesteres comentarios) sujeta a directivas, recomendaciones, órdenes e instrucciones concretas. En segundo término, la descentralización política operada con la creación del Virreinato del Río de La Plata (1776) no justifica que el administrador insular tenga rango de Gobernador, pues con la intermediación virreinal el nivel institucional "gobernación resulta excesivo para esos territorios.
El 1º de febrero de 1777 por licencia de Gil y Lemos asume el Comandante Ramón de Carassa. Este se aboca, primordialmente, a reedificar los dos almacenes y los cuatro cuarteles existentes y a vigilar Puerto Egmont por los recelos de que los ingleses intentaren una invasión. la "Colonia", el "Establecimiento" ('o que hoy llamaríamos centro urbano) estaba descubierto y sus baterías eran endebles.
Luego de la comandancia de Carassa en 1777 fue "comandante", generalmente, la autoridad naval superior de la expedición. Así, pues, oficiales con el cargo de "Capitán de Fragata", "Teniente de Navío" o "Comandante de Corbeta" asumen la comandancia militar por un año, produciéndose los relevos entre los meses de febrero o marzo.

Las dificultades propias de la región, las limitaciones técnicas de la navegación, los obstáculos climáticos, los tiempos históricos que se vivían en Europa, los apetitos imperialistas primordialmente de franceses, británicos y norteamericanos, las imposibilidades materiales de construir ciudades (habría en 1792 unos 183 habitantes), la ruina en que se encontraba el Establecimiento, la necesidad de ocuparse de la defensa del territorio apetecido por su valía estratégica y económica, los viajes de inspección por el litoral del archipiélago, el control de la navegación, pesca y caza clandestinas, las precauciones para poner a la Colonia en estado de defensa, provocaron que la Administración hispana en las Malvinas fuera sólo un destacamento militar que luchaba contra la naturaleza y otras potencias extranjeras por la sobrevivencia de su soberanía.

La nómina de Comandantes que administraron las Malvinas en nombre de España (1776-1810) por designación del Virreinato del Río de la Plata es la siguiente: Ramón Carassa (1777), Salvador de Medina (1779), Jacinto de Mtolaguirre (1781), Fulgencio Montemayor (1783), Agustín Figueroa (1784), Pedro de Mesa y Castro (1786), Ramón Clairac (1787), Pedro de Mesa y Castro (1788), Ramón Clairac (1789), Juan José de Elizalde (1790), Pedro Pablo Sanguineto (1791), Juan José de Elizalde (1792), Pedro Pablo Sanguineto (1793), Juan Aldana y Ortega (1794), Pedro Pablo Sanguineto (1795), Juan Aldana y Ortega (1796), Luis de Medina y Torres (1797), Francisco Xavier de Viana (1800), Ramón Fernández de Villegas (1801), Bernardo Bonavia (1803), Antonio Leal de Ibarra (1803), Bernardo Bonavia (1804), Antonio Leal de Ibarra (1805), Bernar do Bonavía (1806), J.C. Martínez (1807), Gerardo Bordas (1810) y Pablo Guillén (1810).
En 1811 Gaspar de Vigodet, gobernador de Montevideo (ciudad convertida en el fuerte realista contra las Provincias Unidas) ordenó a las fuerzas existentes en el archipiélago, que estaban a cargo del destacamento, abandonar Puerto Soledad. La evacuación fue cumplida.

3. Gobierno y administración de las Provincias Unidas (1810-1833)
La primera época de gobierno argentino, bajo el nombre de "Provincias Unidas", abarca el período que va desde el 25 de mayo de 1810 al 2 de enero de 1833, en que se consuma el despojo británico.
Las dificultades propias de la Revolución de Mayo imposibilitaron a nuestros patriotas, en un primer momento, ocuparse de tierras situadas en latitudes extremas como las Islas Malvinas. Pero pronto las Provincias Unidas del Río de La Plata, por conducto de la Provincia de Buenos Aires, se ocuparon de la administración insular designando "permisionarios", "concesionarios", "comisionados", "comandantes" y "comandantes políticos y militares".
La continuación del dominio de las islas, por la tradición de los títulos jurídicos de España en favor de las Provincias Unidas, habilitan a éstas a disponer esas medidas de administración y gobierno. Ellas se inician por las más modestas, el "permiso" de pesca y caza; siguen con la "concesión" para el usufructo de carnes y cueros; continúan con la "comisión" para una administración delegada en nombre de las Provincias Unidas; prosiguen con la instauración accidental de una "comandancia insular"; y concluyen con la institucionalización permanente, orgánica y estable de "la comandancia político y militar".

a. Permisionario
El 30 de enero de 1813 se le acuerda autorización (permiso), a su solicitud, a Enrique Torres, del bergantín inglés "El Rastrero", para que la citada embarcación pudiese efectuar un viaje a las Islas Malvinas y Costas del Sur, donde se dedicaría a la caza de lobos marinos".

b. Comisionado
En 1820, David Jewett, comandante de la "Heroína", fue "comisionado por el Supremo Gobierno de las Provincias Unidas para tomar posesión de las islas en nombre del país a que éstas pertenecen por ley natural". A ese fin, el 6 de noviembre de 1820, enarbolando el pabellón nacional en Puerto Soledad, sobre el fuerte destruido y disparando una salva de 21 cañonazos, tomó posesión de las islas en nombre del "Supremo Gobierno de las Provincias Unidas de Sud-América".
En 1821 Jewett fue sustituido por el Teniente Coronel Guillermo Mason. En ese mismo año se dicta una medida legislativa especial sobre policía económica (ley de pesca y caza) que prueba la preocupación política de Buenos Aires por sus intereses en el litoral e islas del Atlántico. El 22 de octubre, la Honorable Junta de Representantes de Buenos Aires sanciona la ley de pesca, a iniciativa del comandante político y militar de Patagones, Teniente Coronel Gabriel de la Oyuela, que advertía sobre los excesos cometidos por los pesqueros extranjeros en la costa patagónica y su negativa a pagar "derechos". Por la citada ley, los extranjeros que viniesen por temporada a realizar sus faenas de pesca y caza, debían pagar un derecho de 6 pesos por tonelada y aquellos que habitasen casa o que formasen un establecimiento fijo, gozaban de un régimen de fomento, dado que tributaban derechos más reducidos o tenían libertad de pesca sin cargo por un plazo no menor de 8 años.
Tal ley fue complementada por decretos del 15 de enero de 1822 y del 22 de octubre de 1829, cuyo artículo 1º "prohibía la pesca de anfibios en las costas y pueblos de Patagones, hasta nueva resolución". Dicha medida fue tomada debido a la continuidad de los excesos.

c. Concesionario
En 1823 (23 de agosto) Luis Vernet (de Hamburgo) y Jorge Pacheco (de Buenos Aires) "asociados", solicitan al gobierno de Buenos Aires el usufructo de las carnes, cueros y ganado vacuno de la isla Oriental de las Malvinas, haciéndose "caigo de la refacción de los edificios para tenerlos a disposición de las autoridades cuando éstas lo necesitasen". El 28 de agosto de 1823 por decreto firmado por Martín Rodríguez y Bernardino Rivadavia se les acuerda la concesión, con la habilitación para usufructuar los bienes referidos, agregando el Gobierno de Buenos Aíres... "en la inteligencia que semejante concesión jamás podrá privar al Estado del derecho que tiene a disponer de aquel territorio del modo que crea más conveniente a los intereses generales de la Provincia, y lo cual se verificará tan luego que sus recursos le proporcionen el poder de establecerse en él de un modo efectivo y permanente...".

d. Comandancia insular
En diciembre de 1823 Pacheco dirigió un nuevo pedido al gobierno. En él anuncia la próxima partida de la expedición, en la que marchaba el capitán de milicias retirado Don Pedro Areguatí, y para el cual solicita el título de "Comandante de Soledad" sin. goce de sueldo alguno. Funda su pedido en los siguientes términos: "De este modo Señor Exmo. se posesiona la provincia de aquella abandonada Isla, y aun hace que paguen los buques el derecho de anclaje de que escrupulosamente se dará cuenta al erario (sic), porque Areguatí piensa formar de los mismos peones una Compañía de cívicos con sus cabos y sargentos, para darle a esta operación toda la representación posible en obsequio de una propiedad (sic), de la Patria, 'levando las armas y municiones de cuenta de la negociación, y si V.E. tuviese a bien destinar algunos cañones de fierro para defender el punto de incursiones de piratas en aquellas abandonadas baterías, serían reparadas, y puestas en aptitud de que sirvan al Gobierno para restablecer el presidio".
Pacheco también solicita se le hiciese "gracia y merced de los terrenos". El gobierno consideró atendible el pedido y por decreto del 18 de diciembre de 1823 le otorga los terrenos bajo la precisa obligación de hacer constar "la mensura y amojonamiento para que pueda optar a los títulos de propiedad".
Se nombra a Areguatí "Comandante de la Isla", haciendo saber su decreto a todas las personas "para que lo reconozcan por comandante a fin de que se conserve el orden y se eviten excesos". Además, se disponía que "a todo buque que arribase, ya sea por aguada, víveres u otro motivo, se le cobrará el derecho de ancoraje".
Por decreto del 5 de enero de 1828 se le concede a Pacheco los terrenos situados en la parte "Sudeste de la isla" y a Vernet los terrenos baldíos de la Isla Soledad y de los Estados, con el cargo de levantar en 3 años "una colonia ". Además se confieren franquicias para los pobladores a fin de promover la inmigración.
e. Comandancia político - militar. Luis Vernet
En 1829, por decreto del 10 de junio, Martín Rodríguez, en calidad de Gobernador delegado, crea la Comandancia Política y Militar con sede en la Isla Soledad y con un radio de acción que comprendía a las islas adyacentes al Cabo de Hornos en el Atlántico. Trátase de una organización institucional estable para el gobierno y la administración de las islas en el océano Atlántico. En aquella época, había intención del gobierno bonaerense de crear otra comandancia en "el Estrecho" y cuyo radio de acción comprendería las islas del Pacífico, lo que formalmente no se concretó.
El gobierno de Buenos Aires nombra a Luis Vernet como "Comandante Político y Militar", delegándose "en su persona toda la autoridad y jurisdicción necesaria" y con las instrucciones pertinentes.
Vernet, de simple empresario y concesionario, pasa a ser representante político del Gobierno bonaerense, timbrando la documentación con un sello que decía "Armas de la Patria. Comandancia de Malvinas y adyacentes".
Vernet levantó el Establecimiento, que estaba en ruina, y diez viviendas precarias para el cirujano, el almacén y el despensero, entre otros; y otras más modestas aún, para los gauchos; promovió exportaciones de cueros y carne salada; nombró agentes en el extranjero para que enviasen colonos; preparó mapas de las islas; dividió las islas en once secciones, cada una a cargo o bajo la inspección de un agente que debería obrar con independencia de los establecimientos que se fundacen; otorgó concesiones de tierras a colonos extranjeros, etcétera.
La pesca, la caza y sus utilidades constituyeron una preocupación constante para los administradores de las Malvinas. Los apetitos económicos de pesqueros extranjeros no podrán obviarse con "las reglamentaciones" de la Provincia de Buenos Aires, ni la significación estratégico-militar de las islas podía defenderse con una modesta dotación naval de un país en gestación. Por ello, todos los esfuerzos de Vernet y del Gobierno de Buenos Aires fueron a la postre insuficientes.
A comienzos de 1831 Vernet elaboró un plan para la organización de la caza de focas y ballenas y la defensa del litoral dependiente de su Comandancia, en aplicación de la ley de pesca. Las medidas punitivas afectaron a tres goletas norteamericanas, "Harriet", "Superior" y "Breakwater", de las cuales dos fueron capturadas, cuya suerte generó graves problemas diplomáticos con los Estados Unidos y con su cónsul en Buenos Aires, Jorge W. Slacum, que de paso representaba los intereses económicos de los pesqueros.
El cónsul mandó utilizar la fuerza de la corbeta de guerra de los Estados Unidos Lexington, a cargo del Comandante Silas Duncan, que desembarcó en las Malvinas y vandálicamente ocupó los principales edificios, apresó a los culpables de la detención de las Harriet, Superior y Breakwater, destruyó construcciones, incautó el almacén, cargó cueros y prisioneros y, luego de tamaño atropello al "derecho de gentes", regresó a Montevideo en febrero de 1832.
Vernet formuló una nueva propuesta para reconstruir la Colonia, que había quedado con sólo veinticinco habitantes, solicitando equipamiento y material humano para su expedición reivindicatoria. No tuvo respuesta ministerial formal.
A fines de agosto de 1832 se informó que el buque de guerra nacional, la corbeta "Sarandí», se estaba alistando para dirigirse al archipiélago. La noticia se confirmó el 10 de septiembre al darse a conocer el decreto emanado del Ministerio de Guerra y Marina, por el cual se nombraba Comandante Civil y Militar interino de las Islas Malvinas y sus adyacentes al Sargento Mayor de Artillería Don Esteban José Francisco Mestivier.
El 14 de septiembre de 1832, Rosas imparte las instrucciones al nuevo Comandante Mestivier y faculta al Comandante de la "Sarandí para darle posesión del mando con las formalidades de la ordenanza. Se le encomienda orientar a los habitantes en cultivos agrícolas y defender el honor de la República respondiendo con las fuerzas a los invasores. Desembarcaron el 10 de octubre de 1832 y ante la tropa y los habitantes asume Mestivier la Comandancia. El 30 de noviembre de 1832 una sublevación de parte de la guarnición no pudo ser reprimida por el Comandante, el que murió en la contingencia.
Durante la sublevación, José M. de Pinedo, comandante de la "Sarandí", se hallaba en el litoral de las Islas, fuera del Puerto. Cuando retorna reconviene a la tropa por sus excesos (quedaban sólo dieciocho hombres) y el homicidio de Mestivier.
El 2 de enero de 1833 se presentó en el puerto un navío de guerra de bandera inglesa, la "Clio", al mando de John James Onslow. La misión de J. M. Pinedo había terminado. La defensa era imposible. Reembarcó la tropa existente en el Establecimiento, dejando izado en tierra el pabellón argentino al cuidado de Juan Simón, a quien nombró Comandante Político y Militar de las Islas. El 4 de enero puso proa hacia Buenos Aires.
De allí en más, pasaron 149 años y nueve meses de reclamos diplomáticos hasta el 2 de abril de 1982. Después de la Guerra de Malvinas y la derrota argentina se continuo por la via diplomatica.

Fuente: 
conozcamoslahistoria@gruposyahoo.com.ar
Para Pensar la Patria

Por Enrique Oliva, mayo de 2005

El INSTITUTO MALVINAS comienza hoy la publicación de cinco notas sobre los sucesos de la Guerra de las Malvinas, ocurridos entre el 2 y el 6 de mayo de 1982. Será un resumen de las notas e informes escritos por Enrique Oliva con el seudónimo de François Lepot, como enviado especial a Londres del diario Clarín de Buenos Aires. El texto completo de estos trabajos pueden leerse en el libro "Malvinas desde Londres", de Editorial Ciudad Argentina.

La intención de esta publicación es dar a los jóvenes de hoy la versión de un compatriota analizando cómo la Gran Bretaña trató el conflicto a través de sus medios de comunicación, rigurosamente presionados para estimular al belicismo de su pueblo. Un pueblo que, en ningún momento de aquellos dramáticos días, se manifestara públicamente en apoyo a la aventura colonial de
la señora Margaret Thatcher. Todo lo contrario, se expresó en las calles, casi cotidianamente, en demostraciones contrarias a la guerra, al envío de la flota con armas nucleares y la agresión colonialista a la Argentina, no obstante encontrarse bajo un régimen de facto. Ese pueblo del Reino Unido, como todos los pueblos del mundo, comprendía que el colonialismo fue y es una forma de explotación por la fuerza bruta, todo en beneficio de las multinacionales, no solo inglesas, sino de otros gobiernos de grandes países de capitalismo salvaje.

Malvinas: Del "Belgrano" al "Sheffield" (I)
Londres, Domingo 2 de Mayo de 1982

La jornada se caracterizó por una gran confusión, con comunicados totalmente contrapuestos, en que ambas partes se adjudican victorias y el haber ocasionado importantes pérdidas a su adversario. Los dos contendientes han prometido fotografías de los efectos de su accionar. Uno debe mostrar las tomas de la vital pista de Puerto Argentino "destruida" y el otro algo de los cinco aviones derribados y algún barco averiado. Además, Buenos Aires insiste en que la pista está "intacta".
Mientras uno dice que simplemente bombardearon, los otros aseguran que hubo un intento de desembarco masivo rechazado. ¿El bombardeo habrá sido una distracción para un operativo de mayor envergadura?
Al anochecer, del exterior llegaron versiones de un ataque al crucero "General Belgrano" y aquí, sin información oficial, solo trascendió que se le habrían ocasionado "varios daños".
Una prueba más de desinformación: Aquí nadie se enteró de los centenares de celebraciones que hubo ayer en todo el mundo festejando el primero de mayo. En muchas de ellas aparecieron banderas argentinas y los trabajadores criticaron al imperialismo norteamericano tanto como al colonialismo británico.
La televisión francesa hoy pasó tomas en que aparecen aviones argentinos saliendo y entrando de la pista de Puerto Argentino. Mientras, los ingleses continúan con sus dibujitos -nada de fotos- señalando "exactamente" treinta cráteres provocados por sus bombas como llamas sobre depósitos de combustibles y otras instalaciones militares.
El jefe opositor laborista Michael Foot, comprende que ahora los Estados Unidos, al tomar partido abiertamente junto a Gran Bretaña, no puede continuar hablando de negociaciones ni menos hacer de mediador. Tampoco está en condiciones de mediar ningún país de la Comunidad Europea, o de Japón, Canadá o Australia, sumados a las sanciones económicas en forma de agresión hacia Buenos Aires.

Anthony Benn, de la izquierda laborista, continúa formulando duras críticas a Margaret Thatcher, diciendo que "pierde progresivamente el control de la máquina de guerra, ahora en manos de almirantes y generales"

Campaña sicológica y guerrera

Hoy se destacaron por igual dos cosas. Una es la muy dibujada victoria de la "batalla" de las islas Georgias. Todos los diarios sin excepción publican casi idénticos gráficos. Otra es la apología "guerrera" de Margaret Thatcher y John Nott, su ministro de defensa, "cruzados de la justicia". Hasta salen notas hablando de "la capacidad e inteligencia" del alicaído y locuaz vicealmirante "Sandy" Woodward, quien fuera criticado en los Comunes por lanzar bravuconadas tales como declarar que "esta guerra será un picnic".
Las películas guerreras para niños se multiplican, como también las audiciones radiales para los británicos residentes en el exterior, a quienes se les sugiere hacer colectas para comprar misiles.
La ponderación de los soldados también es curiosa. Como en Gran Bretaña no hay servicio militar obligatorio, se refugian en las Fuerzas Armadas muchos jóvenes por no poder superar la desocupación reinante (más de tres millones). También van allí todo tipo de marginales.
Sobre las posibles bajas y heridos tampoco hay acuerdos. Los británicos dicen que todos volvieron sanos y salvos y después que tenían heridos leves. Luego que era uno solo, "pero puede caminar". Argentina reconoce algunos heridos y ningún muerto.
Argentina se dice agredida y los británicos afirman que "no hemos declarado la guerra sino que accionamos en auto defensa".
La BBC dice: "Hasta que el secretario de estado norteamericano, Alexander Haig, anunciara que su país finalizaba su rol de mediador, para los incautos, Estados Unidos era visto como un relativo conciliador. Sin embargo, ahora todo esto ha cambiado, y los residentes norteamericanos en Argentina se encuentran con que el presidente Reagan es señalado en los periódicos como un matón que apoya las intenciones asesinas de Gran Bretaña. "Lo que se observa y admite, es que Estados Unidos se hace acreedor, en este momento, de más hostilidades que Gran Bretaña... el resentimiento argentino tiene que ver con la posición enemiga que ha adoptado un estado "fraterno" americano... Los descendientes de norteamericanos nacidos en la Argentina piensan que es injusto se los identifique con el bando británico...".

Otros títulos en la prensa inglesa
Sunday Standard en título de primera sostiene: "Pym viaja a Washington hoy para presionar a la Junta, luego de dos exitosos ataques aéreos que dañaron dos pistas de aterrizaje en Malvinas".
Otra noticia de Buenos Aires dice que los embajadores argentinos en la UN y la OEA fueron instruidos para denunciar el ataque.
The Mail titula: "El poder y la grandeza". Es una nota donde hace declaraciones Margaret Thatcher: "Todavía tenemos una cierta grandeza y no estamos nada mal cuando de poder se trata".
En tapa publica una foto del General Galtieri cabalgando en una mula, pero el epígrafe dice tratarse de un burro.
"Los días de Galtieri pueden estar contados" y dice que "escondido en su palacio y considerando sus próximos pasos junto a una botella de su whisky favorito ("Glenfidich"), el canoso dictador ya fue castigado tanto en Buenos Aires como en Washington, según fuentes bien informadas".
También se informa del partido de Hockey sobre patines en Lisboa entre Argentina y Gran Bretaña, terminado 8 a 0 en contra de los ingleses, "los tiros de las Malvinas, no detuvieron el campo de batalla deportivo en Portugal".
Sunday Telegraph : "Buque británico averiado en batalla". Habla de un comunicado de Buenos Aires, diciendo que "sus fuerzas estaban resistiendo el ataque y bombardeo naval británico".,br> "Traigan al principito". Así se titula una nota de Kenneth Clarke, desde Buenos Aires. Dice que la agencia de noticias oficiales TELAM, informó anoche que a las dos de la tarde de ayer el almirante "Sandy" Woodward emitió un mensaje radial al gobernador de Malvinas general Mario Menéndez, pidiéndole que se rinda incondicionalmente. De acuerdo con TELAM, Menéndez respondió: "De ninguna manera porque estamos ganando. Traigan al principito y vengan a buscarnos".
El editorial se titula: "El mensaje de los bombarderos a la Junta". Dice: "El bombardeo de Puerto Argentino, el abandono de Haig a la misión de paz y la declaración del apoyo norteamericano a la Gran Bretaña, son hechos drásticos aunque superados. Son lógicos".
Sunday Express : Un título dice: "Dos aviones de la fuerza aérea argentina, un ‘Mirage’ y un bombardero ‘Canberra’ fueron derribados por ‘Sea Harriers’ del ‘Hermes’ y del ‘Invencible’... otros aviones argentinos sufrieron graves daños en una persecución aérea cerca de la costa... tres fragatas británicas bombardearon anoche posiciones militares argentinas cerca de Puerto Argentino, mientras la Junta amenazaba con una respuesta naval".
Otro título: "Los tenemos en un puño, entonces no vacilemos ahora".
The Sunday Times titula: "El bombardeo a las Malvinas". "Allí publica un esquema (nada de fotos) de Puerto Argentino con su pista de aterrizaje. Se dibujan una serie de explosiones y altas llamaradas. Luego dice: "Dos ‘Mirages’ derribados y pista dañada".
Hay una nota sobre "Anaya ("hombre duro") y Lami Dozo ("hombre blando")". También una cronología de los últimos hechos, versión británica.
El editorial titula: "Escalada sí, pero diplomacia también".
Sunday Mirror dice: "¿Cómo hundimos una mentira enemiga?". Aclara que "la inteligencia británica arruinó los planes argentinos de declarar la primer victoria de las Malvinas".
News of the World : "Los bombarderos ‘V’ rugen en acción" Esta vez titula en plural.
"España critica el ataque aéreo", agregando que ese país fue el único de Occidente que condenó la acción, diciendo que "es una grave escalada en el conflicto".
The Sunday Times trae en tapa una foto de la Plaza de Mayo en la que mile s de personas hacen la V de la victoria. 
Sunday People dice: "Healey apoya el ataque aéreo". Dice que el líder laborista aprobó el ataque a Malvinas, pero advirtió que la crisis no se resolvería sólo por ataques militares.
The Observer , el Guardian de los domingos, titula una larga nota: de Peter Hill: "¡Qué hermosa crisis!". Alli se sostiene jubilosamente que "con este conflicto transformasremos la marina de guerra, elevaremos nuestras exportaciones por nuevos estilos de barcos y reviviremos nuestra industria naval".
En otra nota titula: "El factor Nuremberg ronda a la Junta". Es un artículo de James Neilson, editor del Buenos Aires Herald desde Uruguay, donde se encuentra auto exiliado, diciendo que hay una especie de histeria en Buenos Aires entre grupos de derecha que ven a Galtieri como un "moderado peligroso", pues están preparados para "descartarlo por alguien más duro y más nacionalista".
Otro título: "Estados Unidos mantiene vivas las esperanzas de mediación" (¡!)